HEREDEROS DEL CANTO FLORIDO

Por David Polo

Fotos de Matteo Robert Morales

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Ahora lo sabe mi corazón:
Escucho un canto, contemplo una flor.
¡Ojalá jamás se marchite!
Antiguo poema náhuatl

El siglo XVI en la América española fue testigo de enconados debates por comprobar la existencia de un alma en los pobladores originarios del mundo encontrado. Complicadas discusiones y ríos de tinta —al tiempo que otros también corrían, pero de sangre— defendieron una u otra postura, sin llegar ninguna nunca a ser concluyente o definitiva. Cuatro siglos más tarde, en la Sierra Norte de Oaxaca se tiene muy claro que poseer alma es un hecho.

Para la gente de ciudad, habituada al asfalto y esmog cotidiano, resulta incomprensible en muchas ocasiones la existencia de antiquísimas estructuras sociales, cuyas redes finamente bordadas sostienen nociones tan gastadas en la urbe como la identidad y el arraigo. Máxime cuando el tejido que une a la población de un país se encuentra tan descompuesto que es casi inexistente.

unnamed-8No así en San Pedro Cajonos, donde el viento que inunda los valles de la sierra con torrentes de nubes es el mismo que trenza los hilos que unen la vasta diversidad de comunidades de Oaxaca. La sentencia de sus habitantes es contundente: “un pueblo sin banda es un pueblo sin alma”.  La música es el aglutinante que mantiene encendida el alma de los indígenas.

En torno a las notas metálicas de los alientos se han construido importantes relaciones sociales que promueven el trabajo conjunto y la autodeterminación de los pueblos. A pesar de estar sumidos en un contexto de grande pobreza, marginación y violencia, los habitantes de la sierra han encontrado su resistencia: la unidad a partir de la música. Las cerca de cinco mil bandas de mixes, mixtecos o zapotecos en la región dan cuenta de ello.

Ahora que en México nuevamente corren ríos de sangre, esta gente poseedora de la antigua palabra, seres de tierra y nubes, llevan en el alma el sustento de la vida: su música.

El documental Gente de Tierra y Nubes, dirigido por Louise Hantson y Matteo Robert Morales, hace un recorrido a través de la sierra norte de Oaxaca para conocer las piezas de cohesión en una región asediada por fenómenos de migración, narcotráfico y marginación.


Gente de Tierra y Nubes es parte de la selección oficial del Oaxaca Film Fest 2016 y será estrenado el próximo 9 de octubre a las 20:00 en la Biblioteca Henestrosa, ubicada en Prolongación de Porfirio Díaz, 115, Oaxaca Centro.
El trabajo fotógrafico que acompaña este documental está publicado en la revista Cuartoscuro 140, disponible en librerías y puestos de periódicos.

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