Tiempo, memoria y plata de Zacatecas

Boda de Ana María Márquez Iturriaga. Foto: Juan Barrón Soto. Colecc. José de Jesús Padilla Márquez
Boda de Ana María Márquez Iturriaga. Foto: Juan Barrón Soto. Colecc. José de Jesús Padilla Márquez

Por Ana Lusia Anza  Costabile

Copa y cigarrito en mano —incluso con botella para la recarga— los tres ¿amigos? ¿parientes? se encaminaron un día al estudio de José Pérez Chávez y Jesús Pérez Saucedo y, muy serios y circunspectos, nos regalaron su retrato de fondo ensarapado para que sus espectadores de más de un siglo después armáramos toda una historia.
Podemos imaginar las risas previas a la decisión —¿planeada con tiempo? ¿hecha en el impulso tras unas horas de cantina?— de la ocurrencia singular de ir a dejar un retrato para la posteridad, elegantes y enchalecados, con trago en mano. ¿O fue una apuesta? ¿O una necesidad imperiosa de dejar constancia de la actividad entre ellos más popular? ¿Acaso pasaban por ahí y surgió la idea? Es posible elucubrar e inventar miles de historias, tratar de encontrar la clave en los ojos que miran serios a la cámara o en la media sonrisa del personaje sentado al centro.
Cuando se ven fotos como ésta que ilustra la portada de la revista —de la cual el único dato que tenemos es que fue tomada en Sombrerete, Zacatecas, alrededor del año 1900— no nos queda más que darle gracias a la fotografía por permitirnos recrear en la imaginación el mundo que leemos en los libros o el que nos cuentan, de boca en boca, de una generación a otra: es ponerle cara, plantarle una imagen, al pasado. Aun, es más que eso: es ver lo que no nos contaron, es vislumbrar la vida cotidiana y casi poder palpar el entorno por donde transitaban los bisabuelos y las abuelas, todos aquellos que nos han precedido.

Salidas de los armarios, desprovistas de los marcos polvorosos donde habían estado por años —sobre una mesa en la sala, en el aparador del comedor, colgadas en un rincón— rescatadas de cajas perdidas en sótanos o surgidas de un cajón pletórico de recuerdos donde se guardan los tesoros familiares, 672 fotografías fueron presentadas por 78 personas que respondieron a la convocatoria de los concursos “Tiempo, memoria y plata”, organizados por la Fototeca de Zacatecas “Pedro Valtierra” durante 2008 y 2009.
Tomadas entre 1860 y 1950, las fotografías son casi un siglo de historia visual de Zacatecas. Por ello, la difícil labor de seleccionar sólo 100 de éstas para hacer dos exposiciones que invitaran al público a reconocerse en su pasado.

Para organizar el acervo, las fotografías recibidas se ubicaron en categorías: Arquitectura, Actividades sociales, Paisaje urbano o rural, Retrato y Vida cotidiana. Pero lo mejor fue el haber solicitado a los participantes en el concurso, a quienes contaran con éste, un breve testimonio de la imagen: la historia transmitida en las familias, la anécdota encerrada, la crónica del evento, el relato de los cambios sufridos en un edificio, una calle, una iglesia.
Quizá los jóvenes que hoy han tomado como lugar de reunión el Portal de Rosales, en la actual calle Hidalgo, en pleno centro histórico de la capital zacatecana, ni se imaginan que existieron las vías del tranvía y no conocieron la vocación peatonal de una arteria llena de arquitectura e historia que difícilmente aprecia quien se apresura en el tránsito intenso de una avenida que sigue siendo la misma, a pesar de casi un siglo.
O a la inversa: podemos divagar: ¿qué esperaban aquellas mujeres enrebozadas en la esquina de la ferretería, un transporte, un amor, el paso del tiempo, observar el deambular del carro que viene a los lejos? ¿Qué fue del perro plantado en primer plano? ¿Qué anuncia el letrero colgado al inicio de los arcos del portal: un circo, una kermés, algún edicto? Lo único seguro es que los ojos de quienes caminan en la imagen —porque siguen andando todavía— vieron ese Portal de Rosales igual que lo pueden mirar hoy quienes por ahí transiten.
¿Qué será de los niños que tras horas de ensayo de una tabla gimnástica, seguramente repetida una y otra vez, hasta el cansancio, fueron inmortalizados sin saber que el fruto de tanta práctica sería una imagen que perdura? Quizá alguno de ellos, hoy adulto mayor, pueda reconocerse en un niño de la escolta, con su “rifle” al lado, o en la niña que alza sus brazos como bailarina.
Tal vez una de las imágenes más impactantes —por su deje surrealista, por su aparente puesta en escena— es la del día de campo junto a una cascada en el Cañón de Tlaltenango que, a decir del historiador Jaime Robledo, del Centro de Documentación de la Fototeca de Zacatecas, “revela una trama de jerarquías en el  período porfiriano”. Ahí están todos: el cura que precede el festejo, las damas de un lado, el pueblo del otro, sin faltar los músicos para el jolgorio.
Y están también las fotos que no sólo son un testimonio social, sino que se convierten en documento del estudio de la historia, como la de las excavaciones en la zona arqueológica de Chalchihuites, con un entonces joven Manuel Gamio al inicio de una carrera que lo haría famoso…
Concursos como éste nos impiden olvidarnos de que, en algún tiempo, la fotografía era nueva. Y constituía la forma de dejar constancia: ahí están los enamorados haciendo patente su amor, la novia con todo el cortejo nupcial, los hermanos vestidos quizá como quisieran ser recordados, el caballero con su bigote bien recortado para usar la imagen como tarjeta de visita, las señoritas de lo mejor de la sociedad, la tienda de abarrotes que es a la vez un lugar de reunión, las fiestas patrias que este año convertimos en bicentenario, las manifestaciones sociales, la moda a través de un siglo, las miles de historias que se pueden contar, las cientos de anécdotas que se pueden imaginar.

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FOTO: José Pérez Chávez y Jesús Pérez Saucedo . Negativo al colodión. Colección: Luis Fernando Sánchez Hernández

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Un comentario

  1. maravillosa coleccion de fotos siempre es bueno saber que existen imagenes de nuestros antepasados rescatadas por gente preocupada por la historia. yo en lo particular conoci a la familia trevino de margaritas y tambien alcance a conocer al presidente antonio carlos trevino de c. del oro tambien es bueno comentarles que dentro de mi colecion tengo fotos de la visita de don francisco I. Madero y del Lic. jose Vasconcelos a C. del Oro. cuna del movimiento antireeleccionista cabe mencionar que tambien poseo en mi colleccion foto del Gral. Eulalio Gutierrez en su epoca de obrero en la Cia. Macocozac. agradeceria de antemano me hicieran llegar copias de las fotos de c. del oro ya que yo cuento con ellas pero de una calidad de imagen inferior a la que uds. poseen. reciban mis felicitaciones por la gran labor hecha en este trabajo. reciban un gran saludo de mi parte. atte. Eliseo Perez Reyes.

  2. eliseo, me sorprendió leer tu reseña historica, son contadas las personas que se interesan en mantener vivo el recuerdo de tiempos pasados y la historia de aquellos que vivieron esos buenos tiempos. yo nací en concha del oro, soy nieto de don antonio c treviño,no tuve la dicha de conocerle,murio un año antes de que yo naciera.mi abuela, su esposa, guardo buena cantidad de comentarios de esa epoca, pero se perdieron con el paso de los años.procuraré enviarte fotos antiguas.resido en monterrey.saludos.

  3. muchas gracias por haber publicado las fotos de la fam. Treviño Castañeda. Don Antonio era mi abuelo que murio antes que yo naciera, pero me da mucho placer verlo y el resto de la fam. en su sitio. saludos desde Yukon, Oklahoma

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