TESTIGO DE LA VIOLENCIA, MEMORIA GRÁFICA DEL VERACRUZ CONTEMPORÁNEO
Testigo de la Violencia. Memoria gráfica del Veracruz contemporáneo es un libro publicado en 2018 con fondos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) dentro del proyecto Violencia y medios de comunicación en Veracruz.
En esta obra, el fotoperiodista mexicano Félix Márquez nos muestra una recopilación de imágenes capturadas durante la última década en su natal Veracruz, uno de los estados más azotados por el crimen organizado. Un recorrido visual sobre la geografía marcada por la sangre, un pasaporte a la memoria de un territorio que históricamente ha librado diversas batallas.
Presentar imágenes fuertes, imágenes de guerra, siempre conlleva polémica. Es inevitable formar parte de la longeva discusión sobre qué debe ser presentado, qué puede ser visto. En esta discusión interviene factores como «el buen gusto»; e incluso la moral que no pocas veces encubre cobardía ante los hechos mostrados,
ésos que las buenas conciencias preferirían ignorar.
Dicha obra dividida en tres capítulos y 56 fotografías que al mostrar, al mirar ciertas imágenes, adquirimos responsabilidad. Como dijera Susan Sontag: “Quizá las únicas personas con derecho a ver imágenes de semejante sufrimiento extremado son las que pueden hacer algo para aliviarlo […] o las que pueden aprender de él” (Sontag, 2003, p.53); y sin embargo, en la exposición de imágenes como éstas, están implícitos también otros deberes: develar y recordar.
Esta historia de violencia y muerte, de precariedad y abandono es la que cuenta Márquez en sus imágenes. Estas nos obligan a mirar, sin pudibundeces, lo que pasó, lo que sigue pasando en nuestro entorno más cercano. Esa guerra no ocurrió en otra parte, esa guerra no ha acabado, sigue ocurriendo y nos negamos a verla. Estas fotografías no nos permiten creer con alivio que eso no tiene nada qué ver con nosotros.
Félix Márquez nos muestra que la guerra está aquí. Y si acaso nada pudiéramos hacer para evitarla, si acaso nos sintiéramos tentados a volver la cabeza y reiterar que todo lo que se muestra en ellas nos es ajeno, estas imágenes se quedarán con nosotros y nos obligarán a reflexionar, más allá de la simpatía momentánea o el impulso de sentirnos del lado de los buenos, del lado de los inocentes.
Aquellos que han buscado maneras doloridas, dolorosas, de alzar la voz han encontrado un lugar en las imágenes de Félix Márquez: no todo es silencio, no todo es muerte: en Veracruz también hay resistencia, esperanza.
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