Por una nueva historia de la fotografía

Agustín Estrada

La popularidad de la electricidad y de la fotografía ocurrieron a principios del siglo XIX.  Estos dos inventos que aparentemente no tenían conexión entre sí dieron origen a lo que hoy conocemos como fotografía.

Por un lado tenemos la historia de la formación de la imagen por medio de la camera oscura, de los procesos desarrollados por Nièpce, Daguerre y Talbot, quienes trataban de fijar la imagen proyectada por una lente en una superficie emulsionada, así como la transformación de las sales de plata al exponerla a la luz.

Por otro lado, aunque el fenómeno de la electricidad era conocido antes del siglo XIX, fue poco antes de que la fotografía se volviera un proceso práctico que el uso de electricidad se hizo cotidiano; fueron los fenómenos fotoeléctricos descubiertos luego, lo que dio como resultado la fusión de la técnica fotográfica con los fenómenos eléctricos.

El reconocimiento de la Real Academia de Suecia con sus premios Nobel  2009 a los «Maestros de la luz»,  como se les llamó en los medios, es motivo para hacer una reflexión sobre la historia del proceso, la práctica social y cotidiana que vemos solamente como parte del desarrollo de la tecnología química más que electrónica.

Si bien el premio antes mencionado fue para tres investigadores: Charles K. Kao, por su trabajo en el desarrollo de la fibra óptica así como para Willard S. Boyle y George E. Smith por el trabajo en la invención de un dispositivo llamado CCD, sólo me referiré a este último aparato responsable de casi todas las imágenes que se hacen hoy por medios fotográficos.

Imagen digital obtenida por uno de los primeros dispositivos CCD por el Instituto de Astronomía de la UNAM.(ca.1985)
Imagen digital obtenida por uno de los primeros dispositivos CCD por el Instituto de Astronomía de la UNAM.(ca.1985)

El origen del desarrollo de la fotografía por medios electrónicos es el efecto fotoeléctrico, que se refiere a la propiedad de los metales y algunos otros materiales de perturbar sus electrones cuando son expuestos a la luz, fenómeno descrito en 1905 por Albert Einstein e idea que cambiaría la forma de ver a la luz. Esta teoría planteaba que la luz era o se comportaba  como un corpúsculo, lo cual se percibía en el efecto fotoeléctrico de los materiales.

Fue hasta 1969, en los laboratorios Bell, en Nueva Jersey, Estados Unidos, que dos científicos: Willard Boyle y George Smith idearon el primer dispositivo que por medio de la luz fijaba imágenes, basándose en la idea teórica del efecto fotoeléctrico de Einstein (por la cual recibió en 1921 el premio Nobel de Física).

Después de un mes de trabajo estos científicos tuvieron el prototipo y probaron que era posible generar imágenes transformando la luz en señales eléctricas. Pero no fue sino en 1975 que Steven Sasson construyó la primera cámara digital. Era un modelo muy primitivo para los estándares que hoy conocemos, con apenas 100 X 100 pixeles, pero marcó el inicio de la investigación por Kodak  y Sony, entre otras firmas, para competir con las cámaras de película.

Dado el éxito de estas investigaciones y las implicaciones que la imagen digital ha tenido en la vida cotidiana, también habría que analizar los antecedentes fotográficos desde la investigación en la electrónica, en el campo de los semiconductores y, por supuesto, en el desarrollo de las computadoras o la conversión a información digital, no sólo de la imagen sino del sonido, el texto, las comunicaciones…

Aunque la presencia de la imagen electrónica y digital en la vida cotidiana se ubica a mediados de los 90 del siglo XX, los primeros pasos se dieron mucho antes. La primera foto digital que pude ver por los 80 fue en el Instituto de Astronomía de la UNAM, aunque para los investigadores era una imagen «notable», no entendí el potencial de esta nueva tecnología ni mucho menos me pareció algo muy sorprendente; la calidad en esa época no era ni siquiera cercana a la más elemental de las cámaras fotográficas de ahora.

La evolución y mejora que tuvo el proceso digital en la siguiente década no sólo convenció como proceso fotográfico,  sino que modificó la forma de hacer imágenes con una cámara y la forma de acceder, guardar y mostrar las fotografías, además permitió usos en diferentes áreas, como la astronomía, la medicina, el reconocimiento geográfico por medio de satélites y casi cualquier aplicación donde es necesario obtener información visual, sin contar que actualmente una gran cantidad de personas tiene en el bolsillo una cámara, gracias a la inclusión de los CCD en aparatos como el teléfono móvil.

Los aparatos fotográficos actuales contienen millones de CCD. Una cámara de 10 megapixeles cuenta con una región o placa fotoactiva de 10 millones de estos pequeños capacitores que acumulan cargas de electricidad proporcionales a la luz que reciben proyectada de la lente, lo que permite que esas cantidades de electricidad sean medidas y convertidas por otros circuitos de la cámara en información digital que podremos reconstruir como una imagen.

El desarrollo de estos aparatos está basado en trabajos de científicos como G. Krause y W.J. Hannan que publicaron en 1967 investigaciones sobre la nueva tecnología de semiconductores de Oxido de Metal (MOS) -que es la que se utiliza en los CCD y otros sensores modernos- donde las cargas eléctricas son generadas por efecto de la luz y transferidas por medio de transistores para ser convertidas en señales o datos digitales.

Podemos decir que la base de la imagen digital es utilizar una forma analógica de captar la imagen (las propiedades del efecto fotoeléctrico) para luego convertirla en series de datos digitales.

El 17 de octubre de 1969, cuarenta años antes de que se les otorgara el premio Nobel, Boyle y Smith se reunieron en los laboratorios Bell para definir en un pizarrón la estructura básica del aparato que llamarían después CCD y que se utilizaría como sustituto de la película fotográfica; la estructura del aparato que imaginaban se basaba en una serie de celdas (que ahora llamamos pixeles) que por medio del efecto fotoeléctrico se convertirían en electrones que acabarían correspondiendo a lo que es el grano fotográfico de las películas.

Para lograr que las imágenes resultantes fueran en color se trabajó posteriormente en un filtro llamado patrón de Bayer, que permitiría reconstruir -de forma similar a como funciona la película de color- lo que el ojo percibe como color, proceso que se desarrolló en los laboratorios de Kodak.

La primera cámara digital comercial profesional fue un modelo hecho en conjunto por Kodak y Nikon en marzo de 1995, aunque otras compañías como Sony ya tenían videograbadoras y pequeñas cámaras digitales no profesionales desde fines los años ochenta.

Junto con los procesos de digitalización y computación, los CCD han construido la base de la sociedad de la información en que vivimos. Los sensores digitales han cambiado las formas de ver, de hacer y, sobre todo, de distribuir las imágenes de una forma radical, no sólo en la ciencia y la fotografía profesional sino en la vida cotidiana. Estos procesos han creado una convergencia de medios donde el papel de la imagen fija o en movimiento junto a otra información no sólo se mezcla sino que es difícil de distinguir. Ejemplo de ello es  Internet, espacio donde convergen imagen, video, sonido, textos y la mezcla entre ellos.

Los cambios que han tenido medios impresos como el periódico y las revistas que tradicionalmente usaban la fotografía como un elemento fundamental  de la información, ahora lo hacen en gran medida por medio de sus «sitios» en línea.

El mismo concepto de libro fotográfico se tendría que replantear no sólo en relación con estas nuevas formas de distribución sino también con respecto a las nuevas formas de producción por medio de servicios electrónicos que permiten hacer impresos desde una computadora personal, con características de producción radicalmente diferentes a las del pasado no muy lejano.

Por todo esto y como se dijo al anunciar el premio Nobel de física: «desde kilo hasta gigabytes y ahora petabytes y exabytes, la información nunca había fluido tan libremente como ahora. Con el desarrollo del CCD lo visual se ha vuelto instantáneo y los inventores responsables de transformar de esta manera el mundo en el que vivimos merecen este premio».

La revisión de la historia de la tecnología de la imagen es algo obligado. Habrá que tomar en cuenta el desarrollo en áreas aquí mencionadas y ver la historia del proceso químico fotográfico como una parte que dio origen a una de las formas más importantes de ver y registrar el mundo, pero no la única.

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