Michel Frizot, por una consciencia de la ilusión

Anasella Acosta

Tomada  de  Frizot, M. El imaginario fotográfico. Nebulosa  Rho  Ophiuchi. Observatorio de Yerkes, ca. 1925. Cuatro horas de exposición.
Tomada de Frizot, M. El imaginario fotográfico. Nebulosa Rho Ophiuchi. Observatorio de Yerkes, ca. 1925. Cuatro horas de exposición.

Hace algunos días estuvo de visita en México el teórico francés Michel Frizot para presentar su libro El imaginario fotográfico, que reúne varios de sus ensayos. Esta publicación impulsada por editorial Almadía, en coedición con otras instituciones, inaugura la colección serieve, que hasta ahora tiene asegurados diez títulos sobre Fotografía de autores de diferentes nacionalidades.

En una charla con Cuartoscuro Frizot aborda algunos de los conceptos que propone para una nueva forma de análisis y acercamiento a lo fotográfico

¿Cuáles son los aportes de concebir la Fotografía como un fenómeno físico, una cantidad de fotones más que de la luz?

A partir de la definiciones anteriores de la Fotografía, aunque no haya habido intentos reales de la misma, hubo algunas bastantes vagas o relacionadas al dibujo. El título de los ensayos de Talbot son dibujos fotogénicos, es decir dibujos engendrados por la luz, la definición está en términos del dibujo. Durante el siglo XX se acercó más al concepto de grafía, es decir, de escritura o de huella. El hecho de pasar a una definición que implica medir el impacto de los fotones aporta o implica cambios importantes en el conjunto de las consideraciones que uno puede tener sobre la Foto. Ya no nos referimos a la noción de dibujo o arte para hablar de Fotografía y ni siquiera a la noción de representación.
Esta noción implica tomar en cuenta un conjunto más amplio de imágenes fotográficas, es decir, reunir a todos los fenómenos fotográficos. Todo lo que ha sido producido bajo un régimen fotográfico (la exposición de una superficie fotosensible a una fuente de luz) puede ser tomado bajo el mismo concepto.
La segunda implicación de esta nueva definición es extender el régimen fotográfico a otros sistemas que no son fotografías, por ejemplo, el cine, el video, la televisión, el fotograbado, los sistemas que son de naturaleza fotográfica, esto permite tomar en cuenta todo el sistema de fotofactura (la producción de imágenes por cuantificación de fotones, independientemente de la técnica).
La tercera aportación sería deshacerse de nociones estéticas o pseudos estéticas y cuestiones en cuanto a calidad de las imágenes. Por ejemplo, deshacernos de la pregunta “qué es lo que hace una buena foto, qué foto es buena o bella”. Nos deshacemos de todos estos conceptos típicos para tomar en consideración la eficacia del régimen fotográfico.
Todo esto también da las bases para un estudio de la interacción entre el efecto fotográfico y el espíritu de las actividades humanas, sin perderse en consideraciones estéticas o cualificativas a cerca de la buena imagen, el buen fotógrafo o quién es el mejor fotógrafo.

¿Por qué importaría analizar el imaginario fotográfico o la técnica empleada más que el contenido, que la imagen misma?

No es más importante uno que otro. No es un asunto de jerarquía entre las dos. Lo que podemos denominar estudio del contenido en realidad no tiene sustento en nada científico. El estudio del contenido, al que uno cree que suscribe, no es más que una confianza relativa en lo que uno cree que ve, pero no en la foto.

Lo que quiero resaltar es que hay que tomar en cuenta que la representación de ese contenido está basada en una cuantificación luminosa, una cuantificación de fotones. Lo que yo llamo imaginario fotográfico es el conjunto que interviene en este proceso. Por ejemplo, el negativo y la idea de instantaneidad forman parte del imaginario fotográfico, son elementos que no existían antes del invento de la Fotografía, pertenecen o son específicos de la naturaleza de la Fotografía. En el negativo tenemos dos nociones del imaginario fotográfico: la cuantificación de la luz y la inversión de los valores, que son totalmente ajenos a la visión humana -nuestro sistema visual no sabe ver en negativo, no sabe ver en blanco y negro, no sabe ver en cantidades de luz- y, por consecuencia, es ajeno a la intelección visual humana.
Otro caso, el color es totalmente ajeno al imaginario fotográfico. Somos los seres humanos los que tenemos la noción de color y la inventamos, los colores sólo existen para nosotros, no existen en la naturaleza y además son muy diferentes para cada uno. El imaginario fotográfico no toma en cuenta estos elementos de color. Por cierto, sobre la fotografía a color hay consideraciones que existen desde hace setenta años: la fotografía de color es siempre una artificialidad, pero mientras la vemos sentimos que es algo natural con lo que nos relacionamos; sólo es el deseo que tenemos de ver esos colores que son creados y restituidos por sistemas para que tengamos la impresión de que estamos viendo algo natural.

¿Cuáles son los poderes de la fotografía?

El poder de la fotografía reside en su cualidad intrínseca de cuantificación de fotones. Toda imagen fotográfica constituye la prueba de tal condición física, segura y cierta, y esto le da poder a la Fotografía en todos los terrenos y ámbitos científicos.
Las fotos de la página 47 de las nebulosos, ha sido producida con un objetivo científico, sus intensidades son medibles y dan información objetiva sobre la intensidad de luz en determinados lugares. Y lo mismo podemos decir de la tarjeta postal de la página 31, la incidencia de esta consideración es lo que podríamos llamar objetividad de la fotografía: el hecho de que frente a la cámara fotográfica había lo que hay en esta tarjeta postal, porque la imagen fotográfica siempre es el producto de una puesta en relación entre una fuente de luz y una superficie fotosensible, más sencillo, una fotografía es siempre la prueba de que hubo una superficie sensible enfrente de lo que se fotografió, y, generalmente, la acción de un fotógrafo. Planteo estas consideraciones para no decir que la fotografía es la prueba de un evento, y si volvemos a las consideraciones iniciales podemos extender la posibilidad de la interpretación de la fotografía, la agudeza del análisis .
Por ejemplo, ya no decir que la fotografía es objetiva en relación con la realidad, sino que es objetiva en relación con fenómenos físicos, como son los emisores de luz. Para el público en general esto no cambia nada, pero para quienes quieren estudiar la Fotografía cambia el método de análisis

¿Importa para este análisis de la fotografía la definición de su nacionalidad?

Para este análisis en principio no, pero la respuesta negativa no quiere decir que no se deba preguntar si no serían pertinentes estas consideraciones. Partiendo de las definiciones que acabo de dar, esto en general no concierne a un lugar donde se tomó la fotografía.

Se han hecho consideraciones sobre al fotografía mexicana y francesa, pero eso es todo lo que viene después, todo lo que se desarrolla después del proceso fotográfico, los derivados de la intervención humana, de la cultura del fotógrafo y de la de todos los que intervienen en el destino de la foto.

¿Si un fotógrafo es quien decide qué retratar, en qué momento, con qué cantidad de luz, que método usar y cómo usarlo y cómo imprimir, se puede seguir cuestionando su autoría?

Personalmente no estoy cuestionando la noción de autor, ni negándola, ni pretendo que un fotógrafo determinado no es el autor de sus fotografías, digo sencillamente que no está al ciento por ciento como autor de todo lo que está involucrado en la fotografía, para comparar está el caso del pintor que es autor de una pintura en su totalidad. Cuando pregunto ¿qué es lo que es un autor en fotografía es porque incluso en el caso de que sea el fotógrafo quien decida muchas cosas, el proceso de formación de la imagen sobre la superficie fotosensible es siempre independiente de la acción del fotógrafo, es autónoma.
A partir de ese momento siempre hay que preguntarse qué porcentaje de autoría le corresponde al fotógrafo. Hay muchísimas fotos que no tienen autor, y siguen siendo imágenes, sin embargo no hay pinturas que no tengan autor.
En la fotografía contemporánea en muchas ocasiones el autor es el que está siendo fotografiado y quien determina el contenido de la foto, pero él es quien está siendo fotografiado por otro. Hay muchos ejemplos en que hay dos autores, el fotógrafo y el fotografiado. No es el asunto rechazar o desestabilizar la noción de autor, sino hacer un análisis más fino de lo que es un autor fotográfico.

¿Cuál es su opinión ante quienes puedan considerarlo como un destructor de la ilusión de lo fotográfico, de esa parte emotiva?

No, por el contrario, yo me veo como reconstructor, no de las ilusiones, pero sí de la consciencia. Me gustaría que tuviéramos más consciencia de todas las ilusiones que procura el sistema fotográfico.

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Un comentario

  1. Soy estudiante de la universidad de la Habana, disculpen si no puedo hacer ningun comentario pero no tengo el libro del señor Frizot, me es impresindible poseerlo pues estudio historia del arte y necesito el libro porque estoy llevando una investigación de licenciatura sobre la fotografía publicitaria en la habana de los años 50. Agradeceria cualquier ayuda respecto al tema a invertigar. Muchas gracias.

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