3 PAUSAS RUMBO A NIKKO
En sus «3 pausas rumbo a Nikko» Alex Dorfsman captura el relieve de diversas superficies líquidas. El constante burbujeo captado en las fotografías remite a la perfección oblicua de pequeños yacimientos de aire. Los diferentes tamaños de las burbujas son una reflexión acerca de la cotidianidad superflua de la memoria.
A través de sus páginas, las cuales se abren para crear otras superficies y posibilidades, vemos los contrastes rugosos, planos, lisos y ásperos provocan la sensación de querer explorar el sentido del tacto.
La luz es un elemento principal, ilumina parte de las pequeñas esferas para dejar espacio a la sombra que se acumula en otra directriz. Incluso los paisajes negros guardan celosamente ciertos destellos de luz que iluminan los residuos que trae consigo la marea y secan la humedad hundida en la arena.
Las composición de las fotografías deja imaginar que son enormes lienzos en donde miles de puntos se encuentran en diferentes direcciones, en donde un centro puede ser el inicio y el fin de diversas directrices. Los colores opacos, que son predominados por el gris, negro y verde suelen representar la combinación perfecta de la distorsión y contradicción de la vida; los blancos que ilustran los cielos abrumadores que estremecen con el choque de sus nubes amorfas.
«3 pausas rumbo a Nikko» sugiere una muestra de respeto a la vida y una aproximación aquellos aspectos que pocas veces logran captar la atención; un viaje que tiene como anfitriona a la curiosidad, que se combina con el salvajismo del medio.
La obra se realizó con apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes a través del Programa del Sistema Nacional de Creadores, publicado por Editorial RM.