EN LA SALA SIQUEIROS
En la Sala de Arte Público Siqueiros (SAPS) se mantienen abiertas al público tres exhibiciones: Interpretación del Soneto de las Estrellas (homenaje al poeta puertorriqueño Esteban Valdés), de Jesús Bubu Negrón; Réquiem, de Emilio Chapela, y ¡Sacúdete!, performance de Nuria Montiel, que permanecerán en ese espacio hasta el mes de octubre.
En opinión de la directora de la SAPS, Taiyana Pimentel Paradoa, las propuestas encuentran un hilo narrativo a través del sentido de la historia y de la reinterpretación de la misma a través de las prácticas contemporáneas del arte, los tres artistas invitados presentan los resultados de esta idea.
“El artista puertorriqueño Jesús Bubu Negrón, quien estuvo en el Distrito Federal durante dos meses, nos ofrece la recuperación de la figura poética y visual de Esteban Valdés (escritor que nació en México pero toda su producción la desarrolló en Puerto Rico) con el propósito de hacer figurar el panorama de las letras del país, tanto en la crítica, como en el conocimiento de las personas.
“Se trata de un poeta que realizó el primer libro de arte concreto en Puerto Rico y que formó parte de la generación de artistas como Ulises Carrión; a través de esta historia Jesús Negrón teje una relación entre el contexto como tal, en el que el escritor se desarrolló, concretamente en la ciudad de San Juan y el lugar donde ha sido invitado a trabajar, que es la capital del país. Lo que hace es reinterpretar el poema más famosos de Esteban Valdés, Soneto de las estrellas, en el que emplea el performance y la instalación para expresarse”.
La instalación en la SAPS consiste en la proyección sobre uno de los muros del recinto, de una serie de imágenes en las que un grupo de personas sostienen pequeñas lámparas iluminadas que dan forma a un rectángulo.
La colaboración con La Tallera consistió en que el video que acompaña la instalación de Jesús Negrón se grabó en sus instalaciones, con la participación de 77 estudiantes y maestros de las escuelas de artes plásticas del estado de Morelos y con la ayuda de Rafael Ortega como realizador.
Réquiem, obra de Emilio Chapela, consiste en ‘problematizar’ el sistema de organización de la biblioteca personal de David Alfaro Siqueiros, mediante la reproducción de los muebles y libros que la conforman, incluida la distribución temática y física, para evocar las fuentes literarias que nutrieron el pensamiento del artista.
Emilio Chapela empleó para ello una serie de colores que identifican el tema de los ejemplares, mismos que no se pueden leer, e incluso los muebles son falsos, pues su propósito es el de abrir cuestionamientos acerca del uso físico de las bibliotecas, sean públicas o privadas.
En el mismo espacio donde está instalada la obra, el lobby de la sala, se colocaron en los muros fotografías del proceso de digitalización de la biblioteca real de David Alfaro Siqueiros, para ilustrar la intervención de los especialistas en dicho acervo, conformado en su mayoría por primeras ediciones de autores provenientes de Rusia, Checoslovaquia, Francia y Estados Unidos.
El acervo original acumulado por David Alfaro Siqueiros incluye al menos 2 mil libros organizados bajo tres ideas generales, arte, política y varios, lo que se puede interpretar como una distribución originada por los intereses del artista.
David Alfaro Siqueiros sólo hablaba castellano, inglés y francés, pero su biblioteca cuenta con primeras ediciones de libros en ruso, japonés, griego, chino, inglés, italiano y alemán, que ahora son representados con réplicas con la intención de generar nuevas concepciones sobre el sentido político que el muralista le daba a todos sus actos.
La tercera muestra que presenta la Sala de Arte Público Siqueiros es el Proyecto fachada de Nuria Montiel, en donde, en una toma simbólica de la entrada de la Sala, se desprende la acción performática ¡Sacúdete!, consistente en la representación en teatro de sombras de algunos de los gestos y actitudes más frecuentes en las manifestaciones de protesta de la sociedad civil ocurridas a lo largo de la historia en América y Europa.
La autora encontró una relación entre ellos a partir del estudio de algunas de las fotografías que David Alfaro Siqueiros coleccionó e incluyó en su biblioteca personal, en las que se repiten gestos de enojo o bien actitudes de protesta en contextos y épocas distintas, lo mismo en Argentina que en Nueva York, en los años sesenta o en el presente.
Así que su propuesta consiste en proyectar sobre los cristales de las puertas de acceso a la SAPS —cubiertos por papel bond blanco—, las sombras de ella y de otros performers quienes reproducirán parte de esas imágenes y al mismo tiempo se incluirán representaciones gráficas de las mencionadas fotografías para ubicar en un momento específico al espectador.