Regina Mejía y su visión nostálgica a través de la fotografía estenopeica

Regina Mejía ha encontrado en la fotografía estenopeica un refugio contra la inmediatez y el olvido. Su trabajo no solo captura imágenes, sino que preserva la esencia de espacios y recuerdos que se desvanecen con el tiempo. A través de un método artesanal, sin lentes ni tecnología avanzada, transforma la incertidumbre en descubrimiento, explorando la belleza de lo inesperado. Desde su adolescencia, cuando el cuarto oscuro y los procesos manuales despertaron su curiosidad, hasta su formación con maestros como Jorge Acevedo, Pepe Moscoso, Fausto Nahum y María Luisa Santos Cuéllar, Regina ha construido una trayectoria donde la fotografía es más que una técnica: es una forma de conectar con la historia y la atmósfera del tiempo.

Este enfoque le permite registrar lo efímero con una mirada singular. A través de sus imágenes, busca rescatar la identidad de lugares al borde del olvido: tiendas, cantinas y rincones que, ante la transformación constante, corren el riesgo de desaparecer. Al prescindir de ópticas sofisticadas, la fotografía estenopeica la acerca a lo esencial, valorando la espera y los accidentes felices del proceso.

Durante la Semana de la Fotografía Estenopeica, Regina presentará Evocaciones, una serie que refleja su vínculo con el paso del tiempo y la fragilidad de lo cotidiano. Para ella, este trabajo es un testimonio visual de su presente, un rastro tangible que resiste al olvido.

«La fotografía estenopeica me sorprende constantemente», comenta. «Es un instante de pausa en medio de la incertidumbre. No saber cómo saldrá la imagen y luego descubrir el resultado es una experiencia mágica que no se compara con la inmediatez de lo digital.»

Su reflexión está ligada a la necesidad de preservar instantes y territorios, pero también a la conexión emocional con el acto fotográfico: «Es un viaje de paciencia y asombro. A veces, el accidente revela nuevas maneras de mirar el mundo.»

En una época dominada por la velocidad y la digitalización, Regina apuesta por la autenticidad y la contemplación. Su trabajo, impregnado de nostalgia y memoria, nos invita a detenernos y apreciar lo que se desvanece, recordándonos que la paciencia es, a veces, el mejor lente para capturar lo efímero.