SER FOTÓGRAFO HUMANISTA

Marcello Ginelli empezó a tomar fotos a los 12 años tras haber pasado muchos años observando y ayudando a  su padre, también fotógrafo. La profesión que aprendió se inclinó hacia el futbol, hasta que se mudó a París, donde conoció la visión filosófica del quehacer de la imagen.

“El mundo es mi oficina”, dice el italiano que vive actualmente en México y que se considera a sí mismo como un fotógrafo humanista.

“El moderno humanísimo era una categoría en filosofía que puede ser considerado como un método de investigación de la condición humana. Mostrados como son, sin filtros, que sea una cosa fea o hermosa, un fotógrafo tiene que mostrar la realidad de la vida en cada situación. Me enamoré de México porque aquí hay todo lo que un fotógrafo esta buscando de verdad, la luz, las personas, las culturas”.

Al tomar una foto, Marcello se concentra en la energía, que para él es el sujeto, y en el movimiento, que es el fondo.“Sin estas dos características no hay fotografía”, menciona.

“El moderno humanísimo era una categoría en filosofía que puede ser considerado como un método de investigación de la condición humana. Mostrados como son, sin filtros, que sea una cosa fea o hermosa, un fotógrafo tiene que mostrar la realidad de la vida en cada situación”.

“La fotografía humanista esta entre la fotografía callejera y el fotoperiodismo, y va más profundamente.  El fotógrafo humanista investiga a través de la fotografía callejera y el fotoperiodismo. Tienes que aprender técnicas de cómo hablar con la gente, de cómo acercarse a la gente, a las personas, tienes que conocer trucos también, y eso el fotorreportero no lo hace. Los humanistas están con ellos, viven con ellos, vivi cosas muy fuertes. Es un investigador”.

Entre lo onírico y lo sagrado. La modernidad ha transformado a la fotografía porque parece que todo es bello. Y hay muchas cosas feas que mostrar. Tomar fotos de la realidad aunque sea fea, hay que transformarla, y mostrarla entre lo onírico y lo sagrado.

El humanista tiene una percepción de las cosas especialmente de las cosas más delicada y más urgentes de diferente. El humanista no está en busca de noticias. Se para en un lugar, mira a su alrededor, el centro de su todo son las personas.