OXKINTOK: ABREN PALACIO MAYA
Cinco edificaciones mayas tipo palacio que hace más de mil 500 años formaron parte de la ciudad prehispánica de Oxkintok, ya pueden ser apreciadas por el público que transita por la carretera federal 180, que conduce de Mérida a Campeche, en los límites del estado de Yucatán.
Se trata de una parada arqueológica producto de los trabajos de salvamento, que durante tres años y cuatro meses realizaron especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), en Yucatán, paralelamente a las obras de construcción de la vía de 60 kilómetros.
Los antiguos edificios, que se hallan en el derecho de vía y el camellón central que divide ambos sentidos, se pueden apreciar desde los vehículos o a pie, a la altura de los kilómetros 104 – 110. Ahí, el conductor puede detenerse en un área adaptada como estacionamiento y bajar a caminar por una ruta de senderos que conecta los palacios.
La arqueóloga Eunice Uc González, coordinadora de los trabajos de salvamento arqueológico, informó que este conjunto de construcciones poseen características especiales, y forman parte de la secuencia arquitectónica del área maya del norte que se desarrolló en el periodo Clásico Temprano (300-600 d.C.).
“Dichas construcciones son parte de grandes plataformas residenciales que alcanzan a medir 60 metros de largo por 50 de ancho, sobre las que se levantaron edificios de mampostería y techos abovedados en torno a un patio”, dijo la especialista.
Visibles en el acotamiento izquierdo, dirección Mérida-Campeche, se encuentra un edificio estilo Oxkintok Temprano (300 a 500 d.C.) y tres construcciones estilo Puuc Clásico (850 a 900 d.C.); en el camellón central que divide ambos sentidos, se aprecia otra edificación residencial también de estilo Puuc que —a diferencia de los anteriores— para su conservación tuvo que ser removido de su lugar original y colocado donde se aprecia hoy.
La parada arqueológica de más de 3 kilómetros, ubicada en medio de la carretera federal, es resultado del acuerdo y trabajo conjunto entre el Centro INAH-Yucatán y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), con motivo de la ampliación de la carretera (de dos a cuatro carriles), cuyo trazo original recibió múltiples modificaciones para permitir la conservación del patrimonio prehispánico a lo largo del derecho de vía.
Eunice Uc explicó que las cinco edificaciones formaron parte de lo que debió ser un área residencial de la ciudad prehispánica de Oxkintok, hoy zona arqueológica del mismo nombre que se ubica a 2 kilómetros de la carretera.
Oxkintok, destacó la investigadora del Centro INAH-Yucatán, es de gran relevancia para la arqueología porque conserva edificios de todas las etapas cronológicas y de ocupación identificadas en el área maya, cuyas temporalidades van desde el periodo Preclásico hasta el Posclásico Tardío, es decir, abarcan de 300 a. C. a1000 d.C., lo que no es común encontrar en otros sitios del área Puuc o serrana.
Asimismo, comentó que durante las labores de salvamento arqueológico, también fueron registrados los vestigios de 170 estructuras en todo lo largo de la carretera, hasta los límites de Yucatán, que datan desde el periodo Preclásico Superior (300 a.C. a 300 d. C.) hasta el Clásico Tardío (600 a 900 d.C.); la mayoría de estas edificaciones son parte de sitios muy pequeños.
Eunice Uc añadió que durante las exploraciones además se recuperaron los restos de cerca de 180 vasijas, así como un centenar de entierros de distintas características; algunos colocados dentro de cistas elaboradas con piedras labradas, y otros en simples fosas cubiertas con tierra y puestos en el interior de los edificios o en las plataformas de cimentación.
“La mayoría de los entierros estaban acompañados de ofrendas. Los de gente humilde se encontraron con cerámica de uso doméstico; en tanto que los restos de individuos de alto rango fueron hallados en el interior de los palacios, acompañados de ofrendas compuestas por caracoles, pectorales de conchas, orejeras y bezotes de jade, hachas y vasijas policromas con motivos asociados con varios dioses”.
Entre los entierros, la arqueóloga Uc González destacó el de un personaje de alto rango que tenía como ofrenda una vasija con escritura jeroglífica; mientras que los restos de otro individuo importante estaban acompañados de un plato policromo en el que se plasmó la imagen de un pájaro muan, ave asociada con el maíz; en tanto que otros personajes de estrato social importante tienen los dientes limados en forma de “IK”, un efecto visual en el centro de la dentadura que alude al dios solar.
También se encontraron cerca de 100 metates como ofrenda a los edificios; 5 hornos de cocción de cal —para la elaboración de material de construcción— y uno más para cerámica; dos maquetas, una con modelo de un palacio, y otra en forma piramidal; de igual manera, se recolectó gran cantidad de fragmentos de cerámica y vasijas completas, como platos, vasos y cajetes.
Uc González tiene la hipótesis de que posiblemente los habitantes de esta ciudad sufrieron graves épocas de sequía, porque se localizaron muchos espacios para guardar maíz; aún se realizan estudios para definir los lapsos en los que hubo carestía de víveres y determinar si fue real la sequía.
“Me atrevería a afirmar que hubo tal sequía porque en un solo edificio encontramos tres silos, que eran áreas usadas para guardar maíz; además, en varios platos policromos esta plasmada la imagen del pájaro muan como una referencia ritual a este grano”, concluyó la arqueóloga.
Se trata de una parada arqueológica producto de los trabajos de salvamento, que durante tres años y cuatro meses realizaron especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), en Yucatán, paralelamente a las obras de construcción de la vía de 60 kilómetros.
Los antiguos edificios, que se hallan en el derecho de vía y el camellón central que divide ambos sentidos, se pueden apreciar desde los vehículos o a pie, a la altura de los kilómetros 104 – 110. Ahí, el conductor puede detenerse en un área adaptada como estacionamiento y bajar a caminar por una ruta de senderos que conecta los palacios.
La arqueóloga Eunice Uc González, coordinadora de los trabajos de salvamento arqueológico, informó que este conjunto de construcciones poseen características especiales, y forman parte de la secuencia arquitectónica del área maya del norte que se desarrolló en el periodo Clásico Temprano (300-600 d.C.).
“Dichas construcciones son parte de grandes plataformas residenciales que alcanzan a medir 60 metros de largo por 50 de ancho, sobre las que se levantaron edificios de mampostería y techos abovedados en torno a un patio”, dijo la especialista.
Visibles en el acotamiento izquierdo, dirección Mérida-Campeche, se encuentra un edificio estilo Oxkintok Temprano (300 a 500 d.C.) y tres construcciones estilo Puuc Clásico (850 a 900 d.C.); en el camellón central que divide ambos sentidos, se aprecia otra edificación residencial también de estilo Puuc que —a diferencia de los anteriores— para su conservación tuvo que ser removido de su lugar original y colocado donde se aprecia hoy.
La parada arqueológica de más de 3 kilómetros, ubicada en medio de la carretera federal, es resultado del acuerdo y trabajo conjunto entre el Centro INAH-Yucatán y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), con motivo de la ampliación de la carretera (de dos a cuatro carriles), cuyo trazo original recibió múltiples modificaciones para permitir la conservación del patrimonio prehispánico a lo largo del derecho de vía.
Eunice Uc explicó que las cinco edificaciones formaron parte de lo que debió ser un área residencial de la ciudad prehispánica de Oxkintok, hoy zona arqueológica del mismo nombre que se ubica a 2 kilómetros de la carretera.
Oxkintok, destacó la investigadora del Centro INAH-Yucatán, es de gran relevancia para la arqueología porque conserva edificios de todas las etapas cronológicas y de ocupación identificadas en el área maya, cuyas temporalidades van desde el periodo Preclásico hasta el Posclásico Tardío, es decir, abarcan de 300 a. C. a1000 d.C., lo que no es común encontrar en otros sitios del área Puuc o serrana.
Asimismo, comentó que durante las labores de salvamento arqueológico, también fueron registrados los vestigios de 170 estructuras en todo lo largo de la carretera, hasta los límites de Yucatán, que datan desde el periodo Preclásico Superior (300 a.C. a 300 d. C.) hasta el Clásico Tardío (600 a 900 d.C.); la mayoría de estas edificaciones son parte de sitios muy pequeños.
Eunice Uc añadió que durante las exploraciones además se recuperaron los restos de cerca de 180 vasijas, así como un centenar de entierros de distintas características; algunos colocados dentro de cistas elaboradas con piedras labradas, y otros en simples fosas cubiertas con tierra y puestos en el interior de los edificios o en las plataformas de cimentación.
“La mayoría de los entierros estaban acompañados de ofrendas. Los de gente humilde se encontraron con cerámica de uso doméstico; en tanto que los restos de individuos de alto rango fueron hallados en el interior de los palacios, acompañados de ofrendas compuestas por caracoles, pectorales de conchas, orejeras y bezotes de jade, hachas y vasijas policromas con motivos asociados con varios dioses”.
Entre los entierros, la arqueóloga Uc González destacó el de un personaje de alto rango que tenía como ofrenda una vasija con escritura jeroglífica; mientras que los restos de otro individuo importante estaban acompañados de un plato policromo en el que se plasmó la imagen de un pájaro muan, ave asociada con el maíz; en tanto que otros personajes de estrato social importante tienen los dientes limados en forma de “IK”, un efecto visual en el centro de la dentadura que alude al dios solar.
También se encontraron cerca de 100 metates como ofrenda a los edificios; 5 hornos de cocción de cal —para la elaboración de material de construcción— y uno más para cerámica; dos maquetas, una con modelo de un palacio, y otra en forma piramidal; de igual manera, se recolectó gran cantidad de fragmentos de cerámica y vasijas completas, como platos, vasos y cajetes.
Uc González tiene la hipótesis de que posiblemente los habitantes de esta ciudad sufrieron graves épocas de sequía, porque se localizaron muchos espacios para guardar maíz; aún se realizan estudios para definir los lapsos en los que hubo carestía de víveres y determinar si fue real la sequía.
“Me atrevería a afirmar que hubo tal sequía porque en un solo edificio encontramos tres silos, que eran áreas usadas para guardar maíz; además, en varios platos policromos esta plasmada la imagen del pájaro muan como una referencia ritual a este grano”, concluyó la arqueóloga.