LA MUJER EN LA REVOLUCIÓN

Una mirada a las condiciones sociales en las que vivieron las mujeres de las clases alta y baja en la segunda mitad del siglo XIX, así como la manera en que hicieron frente a los conflictos militares y políticos que aquejaban al país, se presenta a través de la exposición temporal Chinacas y conservadoras: la mujer mexicana durante la Intervención Francesa, 1862-1867.

Mostrándose actualmente en el Museo Nacional de las Intervenciones (MNI), albergado en el Ex Convento de Churubusco, se da en el marco del 151° aniversario de la Batalla del 5 de mayo, donde el Ejército de Oriente liderado por el general Ignacio Zaragoza derrotó a las tropas francesas.
La exposición —organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)— dará cuenta de la manera como las mujeres hicieron frente a la invasión francesa, incluso algunas son consideradas parte activa de la resistencia popular mexicana, informó el historiador Raymundo Alva Zavala, quien junto con Claudia Ceja Andrade, historiadora de El Colegio de México, desarrollaron la investigación y la selección de imágenes y textos que integran la muestra.
Entre 1862 y 1867, México sufrió la incursión de tropas de Francia, los conservadores mexicanos y Napoleón III intentaron apoderarse del control político del país a través de Maximiliano de Habsburgo. Los liberales, dirigidos por Benito Juárez, enfrentaron a dichos invasores y a los conservadores.
“En ese periodo, las mujeres se involucraron en los acontecimientos políticos y militares a pesar de su condición limitada y sujeta a los varones; hubo féminas —sobre todo de la clase baja— que participaron en la defensa de la nación, como correo, espías o soldaderas; mientras que las de alto rango lo hicieron de un modo más restringido por su origen y posición social”, explicó el investigador del MNI.
Para la élite, la mujer era la esposa, la madre y el sostén emocional de los hombres, apenas sabían leer y escribir, y sus intereses giraban en torno a la lectura de libros piadosos, el bordado y la moda. En cambio, la de clase baja trabajaba en su casa o en las calles, a fin de ganar unos cuantos pesos que repartían en el cuidado de sus hijos, la preparación de alimentos y la atención del marido.
Alva Zavala dijo que la participación de las mujeres en los grupos armados estuvo marcada por las clases; las campesinas y aquellas que vivían en las ciudades tuvieron que acompañar a sus hombres al ser reclutados. La soldadera mexicana estuvo al lado de los guerrilleros de la República (chinaca roja) y seguramente también llegaron a entrar al combate. Mientras que la chinaca verde (tropas conservadoras) dio espacio a las mujeres como enfermeras improvisadas y cocineras.

“La intención de la exposición no es mostrar a la mujer oprimida —idea que tuvo auge en la historiografía de los años 70 por el movimiento feminista— sino el papel real que desempeñaron; hacen falta investigaciones sobre la manera como ellas se concebían a sí mismas y conocer si en verdad estaban en descontento con el rol que jugaban en la sociedad”, añadió.
Un claro ejemplo de esto, abundó el historiador del INAH, es un poema del escritor Guillermo Prieto (1818-1897) titulado Trifulca, que muestra cómo en aquella época el sometimiento de la mujer era visto como algo normal e incluso deseable, pues las solteronas sólo tenían como opción ingresar a un convento o depender de la familia hasta su muerte.
Este poema está plasmado en una de las 12 mantas de gran formato que integran la exposición, en las cuales se aprecian escenas costumbristas, retratos y tarjetas de visitas, reproducidas de una veintena de fotografías y óleos sobre tela, en resguardo de la Fototeca Nacional de INAH y del MNI.
Entre las fotografías sobresale Chinaca (1870) y Concepción Lombardo viuda de Miramón (1867), ambas del Estudio Cruces y Campa; y Pareja de indios (1865) de Francois Aubert. Además de óleos como Interior de una pulquería y Escena popular de mercado, ambas del siglo XIX y creadas por José Agustín de Arrieta; además de Soldados de la Reforma en la Venta (1858), de Primitivo Miranda.

En dichas imágenes el público podrá contemplar diversos contrastes como retratos de mujeres con fastuosos vestidos y múltiples adornos, como abanicos, peinetas y guantes, y otras con ropas desgastadas producto del trabajo cotidiano o del andar junto a las milicias, refirió el investigador.
También se mostrarán fragmentos de misivas sobre la visión que los extranjeros tenían de las mexicanas o canciones populares como La chinaca republicana, de la cual se retoma el siguiente verso: “Soy tan libre como el viento, que va por la inmensidad, soy chinaca y mi contento es vivir en libertad”.
Los temas que se abordarán en la exposición son: Liberales y conservadoras; Balazos y mujeres; Los cantos chinacos; Para defenderse: yo sola puedo…; Amor, maternidad y ser mujer en época de guerra; Un día en la vida de una mujer de alta sociedad; Un día en la vida de una mujer del pueblo y Una vida difícil de las mujeres del siglo XIX.
Chinacas y conservadoras: la mujer mexicana durante la Intervención Francesa, 1862-1867 permanecerá en exhibición durante dos meses en la Barda Perimetral del Museo Nacional de las Intervenciones, ubicado en calle 20 de agosto y General Anaya, colonia San Diego Churubusco, delegación Coyoacán.

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