MIRAR HACIA ARRIBA
La exposición «Mirar hacia arriba», de la fotodocumentalista Lizeth Arauz, muestra la vida y el trabajo cotidiano de un grupo de gente pequeña. A través de estas imágenes se busca sensibilizar y cambiar la forma de cómo los vemos y tratamos.
La colección está integrada por fotografías de personas de corta estatura que se desenvuelven en el mundo del espectáculo, como toreros, cantantes, bailarines, imitadores, luchadores y strippers. La exhibición estará a partir del jueves 27 de marzo y hasta el 18 de mayo en la Sala Nacho López de la Fototeca Nacional del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
“El proyecto se llama Mirar hacia arriba porque engloba varios aspectos: primero, la actitud física que tienen dichas personas mirando a sus interlocutores hacia arriba, y también es una manera de dignificarlas y valorar su esfuerzo al desenvolverse en espacios diseñados para humanos de estatura convencional”, explicó la artista de la lente.
El proyecto inició en el año 2000, Lizeth Arauz tenía un vecino con acondroplasia (la principal causa de enanismo genético) y él andaba con una novia de estatura promedio, ambos vendían tamales por las mañanas y la fotógrafa quería retratarlos juntos, pero sin herir susceptibilidades, así que entabló amistad con ellos.
Su vecino forma parte de «Los originales enanitos toreros de México» y al verlos en acción surgió la idea de la serie fotográfica. Con ellos salió de gira a Colima, Querétaro, Morelos, Hidalgo, Michoacán y Estado de México, además de Texas, entre otros sitios. A través del grupo, la fotógrafa contactó a más personas de baja estatura.
La especialista se impuso tres reglas para desarrollar el proyecto que duró cinco años: capturar las imágenes en blanco y negro ─en esa época tomaba muchas a color y sentía añoranza por el antiguo tipo de película, sobre todo el asa 400─, no capturar imágenes en picada ─es decir de arriba hacia abajo─, sino tomarlas al nivel de la estatura de la gente pequeña, y utilizar un lente de 35 mm, porque permite obtener amplia información de la escena y no deforma objetos ni personas.
Además de los toreros, Lizeth Arauz muestra a cantantes, bailarines, imitadores, luchadores y strippers en sus lugares de trabajo y en su vida cotidiana.
“Casi al final del proyecto incluí a una chica de Bolivia llamada Estrellita, la única que no es mexicana. En 2006 viajé a Santa Cruz como parte del premio de la Fundación Nuevo Periodismo, para desarrollar el tema de marginalidad, y la encontré en un circo, pasando graves problemas económicos. Es una mujer con una dignidad increíble y un gran cariño por lo que hace, con mucho sentido de la sensualidad”.
Lizeth Arauz afirmó que la vida de la gente pequeña es complicada, porque todo está creado para seres más altos, aunque ellos logran tener un adecuado nivel de adaptación.
“A muchos desde la infancia sus padres los preparan para superarlo, es el caso de Roger, a quien desde niño su mamá le dijo que no le iba a ayudar en nada, porque su vida sería muy difícil y tendría que encontrar las herramientas suficientes para sobrevivir. Suena muy cruel, pero también muy realista y eso le permitió a Roger no sentirse intimidado por nada; él es mecánico, tiene dos autos adaptados y una bicicleta, y hoy nada lo detiene”.
«Mirar hacia arriba» permanecerá abierta hasta el 18 de mayo en la Fototeca Nacional (ex Convento de San Francisco, Cassasola s/n, Colonia Centro, Pachuca, Hidalgo), de 10 a 18 horas, de martes a domingo, con entrada libre.
La colección está integrada por fotografías de personas de corta estatura que se desenvuelven en el mundo del espectáculo, como toreros, cantantes, bailarines, imitadores, luchadores y strippers. La exhibición estará a partir del jueves 27 de marzo y hasta el 18 de mayo en la Sala Nacho López de la Fototeca Nacional del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
“El proyecto se llama Mirar hacia arriba porque engloba varios aspectos: primero, la actitud física que tienen dichas personas mirando a sus interlocutores hacia arriba, y también es una manera de dignificarlas y valorar su esfuerzo al desenvolverse en espacios diseñados para humanos de estatura convencional”, explicó la artista de la lente.
El proyecto inició en el año 2000, Lizeth Arauz tenía un vecino con acondroplasia (la principal causa de enanismo genético) y él andaba con una novia de estatura promedio, ambos vendían tamales por las mañanas y la fotógrafa quería retratarlos juntos, pero sin herir susceptibilidades, así que entabló amistad con ellos.
Su vecino forma parte de «Los originales enanitos toreros de México» y al verlos en acción surgió la idea de la serie fotográfica. Con ellos salió de gira a Colima, Querétaro, Morelos, Hidalgo, Michoacán y Estado de México, además de Texas, entre otros sitios. A través del grupo, la fotógrafa contactó a más personas de baja estatura.
La especialista se impuso tres reglas para desarrollar el proyecto que duró cinco años: capturar las imágenes en blanco y negro ─en esa época tomaba muchas a color y sentía añoranza por el antiguo tipo de película, sobre todo el asa 400─, no capturar imágenes en picada ─es decir de arriba hacia abajo─, sino tomarlas al nivel de la estatura de la gente pequeña, y utilizar un lente de 35 mm, porque permite obtener amplia información de la escena y no deforma objetos ni personas.
Además de los toreros, Lizeth Arauz muestra a cantantes, bailarines, imitadores, luchadores y strippers en sus lugares de trabajo y en su vida cotidiana.
“Casi al final del proyecto incluí a una chica de Bolivia llamada Estrellita, la única que no es mexicana. En 2006 viajé a Santa Cruz como parte del premio de la Fundación Nuevo Periodismo, para desarrollar el tema de marginalidad, y la encontré en un circo, pasando graves problemas económicos. Es una mujer con una dignidad increíble y un gran cariño por lo que hace, con mucho sentido de la sensualidad”.
Lizeth Arauz afirmó que la vida de la gente pequeña es complicada, porque todo está creado para seres más altos, aunque ellos logran tener un adecuado nivel de adaptación.
“A muchos desde la infancia sus padres los preparan para superarlo, es el caso de Roger, a quien desde niño su mamá le dijo que no le iba a ayudar en nada, porque su vida sería muy difícil y tendría que encontrar las herramientas suficientes para sobrevivir. Suena muy cruel, pero también muy realista y eso le permitió a Roger no sentirse intimidado por nada; él es mecánico, tiene dos autos adaptados y una bicicleta, y hoy nada lo detiene”.
«Mirar hacia arriba» permanecerá abierta hasta el 18 de mayo en la Fototeca Nacional (ex Convento de San Francisco, Cassasola s/n, Colonia Centro, Pachuca, Hidalgo), de 10 a 18 horas, de martes a domingo, con entrada libre.