LA PIEL DEL DESIERTO

© Christian Palma
La Piel del Desierto
Mirar, con la pluma o con la cámara, es hacer una declaración de parcialidad. Es aceptar que hay una riqueza inabordable de la que solamente tenemos atisbos. El resultado es siempre una pedacería de luz con la que formamos colores, de sonidos con los que inventamos cantos, de tinta con la que contamos historias. Lo sabemos y lo aceptamos: no hay mirada capaz de abarcar la realidad; pero tampoco realidad capaz de agotar la sed de una mirada. El mundo que nosotros construimos, el que se construye con nosotros, se levanta entre esa tensión.

«La piel del desierto» es parte de ese mundo que se engendra y que nos engendra. Un proyecto de autogestión en el que —mediante una indagación rigurosa, una convicción artística y una actitud llena de respeto hacia la cultura wixárika— compaginamos las posibilidades de los lenguajes visual y literario para difundir la cosmovisión del pueblo wixárika, adherirnos a la defensa de la riqueza bio-cultural de Wirikuta, y ensayar, con nuestras armas, las posibilidades de nuestra propia mirada.

La metodología es simple: en Wirikuta la mirada golosa paladea todos los rincones; los rincones se agazapan escondidos; se burlan de la ambición de la pluma y de la cámara. Al final, sólo quedan fragmentos que se entrelazan, se toman de las manos, se acarician incompletos sin compadecerse, se sonríen entre ellos, se acompañan, se convierten poco a poco en la sutileza de una piel: “La Piel del Desierto”.
Luis Ramírez Trejo
Este texto, con alguna modificación, forma parte de “Fragmentos” de “La Piel del Desierto”
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Por Joyce García
Hablar con los dioses a susurros, pedirles consejo como a un mejor amigo, atender sus peticiones y uno hacer sus plegarias: es en este diálogo donde se logra detener el granizo para llevar a cabo la ceremonia, incorporándose una luna llena, tan clara y limpia que alumbra la noche.
Es la tarde del 6 de febrero del 2012 y los wixáritari comienzan su peregrinaje al Cerro del Quemado, en San Luis Potosí. Como una sesión extraordinaria debido a la amenaza eminente, el pueblo huichol organiza a todas y cada una de sus comunidades para consultar a los dioses sobre el camino a seguir respecto a la explotación de sus tierras sagradas por parte de las compañías mineras y agroindustriales.
En un voto de silencio por parte de la comunidad, un grupo de extraños ataviado con cámaras y equipos espera la respuesta de los dioses para ser parte del ritual, hasta que se rompe la mudez ya entrada la noche con una respuesta favorable: son bienvenidos a la ceremonia, con la única condición de no perturbar el trance con el click de sus aparatos.
Ante una problemática que justamente necesitaba de esa atención mediática para hacer más sonoro el llanto ahogado de la tierra y sus habitantes, el consejo da permiso de entrar a los medios para que sean los altavoces de sus demandas. Y allí van Christian y Luis, callados entre la noche a ser testigos de lo irretratable.
Christian Palma y Luis Ramírez Trejo, el primero fotógrafo y el segundo escritor y filósofo, acompañaron este peregrinaje con la clara decisión de dar a conocer la problemática y con ello iniciar una colaboración con la gente y la tierra que los dejó entrar en sus rituales y costumbres: este proyecto nace como una necesidad de conjuntar la profesión con los ideales, de responsabilizarse con el propio quehacer creativo y además, como una abierta postura política y filosófica, que quiere revalorar el trabajo creativo, que como bien lo dicen los autores, se ve desdeñado en formas impensables, ante la rapiña de los intermediarios y el mercado en general que quieren ver siempre maximizada la inversión.
© Christian Palma
Es así que durante varios meses el «Colectivo Carcoma» -del que ambos forman parte- trabaja en la materialización de un sueño en forma de libro, con la anuencia y el acompañamiento (es decir con la aceptación) del Frente en Defensa de Wirikuta del que forma parte el Consejo Regional Wixárika, para producir un libro que conjunte fotografía y literatura sobre el «Peritaje Tradicional» de los wixáritari.
De esta forma, se propone un proyecto multidisciplinario autogestivo que escape de las grandes editoriales y distribuidoras para tratar directamente con los interesados en el tema, planteando una publicación independiente posible a través de Internet.
A través de la plataforma de Indiegogo (utilizada para financiar proyectos), los recursos recaudados pretenden cubrir todos los gastos de edición, distribución y traducción, mientras que el otro 50% de la venta del libro irá a de manera directa al cuidado de los centros ceremoniales Haramara y Wirikuta, los más amenazados por los intereses de explotación, y además, de manera totalmente autónoma, al apoyo de las necesidades que surjan de las comunidades wixárika.
Puedes colaborar para que el proyecto impreso vea la luz, las opciones son directamente a través de su página oficial La piel del desierto, a través de la plataforma Indiegogo y en forma de depósito. Hay aportaciones que van desde un euro hasta lo que se te ocurra, y por las cuales se te entregará, de manera recíproca, ya sea una publicación en PDF, playeras, postales, pósters o qué mejor, el libro impreso.
Al final de la campaña, el libro quedará disponible en formato pdf para su descarga gratuita.
También presentarán este sábado 27 de julio su proyecto en Tlaxcala, en el marco de Foto 13 Festival de la Imagen, a las 12 horas en la Casa del Artista, ubicada en Lardizabal 14, en el centro de Tlaxcala.

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