La fotógrafa mexicana Eugenia Arenas presenta exposición en San Petersburgo.
Escotes con billetes de 500 pesos mexicanos, barras de cabaret, piernas al desnudo, humo de tabaco y los cuerpos de la noche, son algunos de los detalles que la fotógrafa mexicana Eugenia Arenas plasma en su exposición “Noches de Cabaret», que a partir de este dos de junio, se puede visitar en el Centro Estatal de Fotografía de Rusia (ROSFOTO).
Esta muestra es un resumen de las más de 80 fotografías que esta mexicana tomó en tres cabarets de la capital de su país es, en palabras de la autora, «una despedida a los cabarets y a la manera de divertirse que existía antes en México».
La exposición se celebra en el marco del festival Días de México en San Petesburgo. Será inaugurada por el presidente del Comité de Cultura de San Petesburgo, el Director de ROSFOTO, el director del Centro de Cultura y Lengua Española “Adelante”, y por el embajador de México en Rusia, Alfredo Pérez Bravo.
«La década de los 50, dice la fotógrafa Eugenia Arenas, fue la época dorada del cine mexicano y se puso de moda el cabaret, donde la gente iba a bailar y a divertirse. Quise ver qué quedaba de los cabarets de entonces y recrearlos»,
La fotógrafa se encontró al llegar con que ´El Bombay´, ´El run run´ y ´El Barba azul´ -de los cuales a esta fecha ya sólo queda abierto éste último- eran cabarets originales que «hasta conservaban el tapiz de cincuenta años atrás».
La exposición organizada con la Embajada de México en Rusia y el Centro de Cultura y Lengua Española “Adelante”, podrá verse del 2 de junio al 3 de julio, diariamente, en el Centro Estatal de Fotografía de Rusia “ROSFOTO”.
«Cuando llegué me encontré con mujeres maravillosas, madres solteras, hijas o estudiantes que bailando viven y mantienen a sus familias. Son como actrices que llegan al cabaret, se cambian, se ponen guapas y dejan sus problemas afuera».
Entre los años 30 y 50 existían cerca de 200 cabarets en la Ciudad de México. Fueron recreados en el cine por el Indio Fernández y el fotógrafo Gabriel Figueroa. La gente iba a bailar y había orquestas en estos lugares surrealistas maravillosos, pero ahora casi no se pueden encontrar», recuerda Eugenia Arenas.
La muestra ofrece fragmentos de noches vividas y retratadas intensamente en tres de los cinco últimos cabarets que quedaban en la capital mexicana, en los años 30 y 40 los hombres acudían a estos establecimientos y compraban unas fichas para bailar o tomarse una copa, por lo que se acabó conociéndolas con el nombre de ´ficheras´. Setenta años más tarde, Eugenia Arenas pretende con esta exposición, que ya ha viajado a Los Ángeles y San Francisco, en Estados Unidos, y Madrid, España, homenajear a estas mujeres y ayudar a quitarles ese estigma despectivo con el que las ve la sociedad.
«Porque la mayoría, dice, vienen engañadas, son medio analfabetas y viven en una ciudad que está en crisis, así que no tienen otra salida que trabajar en los cabarets», aseguró. «Siempre intenté hacer mi trabajo desde el respeto hacia ellas. Evito satanizarlas. La mía es una mirada social. Además, al ser una mujer, establecimos rápidamente una relación de complicidad y ya hasta les ayudaba en los cambios de vestuario», agregó.
La fotógrafa explicó que «Noches de Cabaret» muestra «desde las fotos donde se ve al borracho, hasta los que limpian los baños o los dueños de los lugares» porque quería reflejar y recuperar «absolutamente todo lo había en los cabarets mexicanos».
Eugenia Arenas ha sido fotógrafa de prensa, de artes escénicas, conductora de un programa de televisión especializado en fotografía, y actualmente prepara una exposición sobre los muxes, es decir sobre los hombres que en el sur de México, desde que nacen son educados como mujeres para que acompañen la vejez de sus madres.