CADENCIA… FOTO EN ZONA MACO


© Yvonne Venegas, Toca/Galería
Por Blanca Ruiz
De pronto, entre las voces se escucha un entusiasta “¡Me lo llevo!” y los ojos de la galerista Elena Navarro brillan de felicidad al ver el primer cheque por más de mil dólares a su favor, por la venta de una fotografía de uno de los autores documentales más importantes del siglo pasado; el comprador, que también se llevó un libro sobre el doctor Átl, se marcha emocionado con la imagen bajo el brazo y en la pared quedó el clavo con la pequeña cédula al lado: Robert Capa, Escena cotidiana de Barcelona, 1939.
Momentos después, en ese mismo stand, Aperture, otro comprador se lleva un libro del retratista holandés Erwin Olaf y señala: “Su obra está por allá, a la entrada, pero está carísima, así que me llevo el libro, me encanta, para mí es el mejor”.
Estamos en ZONA MACO. La feria de arte donde la fotografía se abre paso poco a poco, con una cierta cadencia, entre el alud de  diversas y algunas divertidas piezas, donde sobresale como una ola impresionante la obra de ese genio de origen hindú llamado Anis Kapoor, que es custodiada  permanentemente por un guardia.
Obra de Dulce Pinzón, en el stand de Patricia Conde Galería, en Zona Maco.
A unos pasos, encontramos a Ivonne Venegas con su bebé en brazos y buscando novedades, mientras en Toca/ Galería se difunden algunas de sus fotos en gran formato sobre su reconocida serie de Elvia Hank, donde destaca la imagen de esas dos niñas quizá como las gemelas de época de Diane Arbus.
Por los stands de la feria desfila la fotografía vestida para la ocasión de clásico documental (Capa, Paul Strand, Dorotea Lange), fluye con distintas narrativas como los viajes de Carlos Ginzburg, con 168 tomas presentadas en 21 paneles que desde los años 80 no se difundían y como tal se perciben.
Procesos híbridos con autores como Gabriel de la Mora, quien interviene los clichés cinematográficos de un Mauricio Garcés (¡aaarroz!)  y, por otra parte, se ventila la fotografía como documento de una acción, con las imágenes de Teresa Margoles que literalmente toma como testigos a los árboles y a los postes de la violencia cotidiana; las piezas del colectivo Tercerquinto en Madrid,  y  entre otros, la enorme toma de Edgardo Aragón, quien muestra simbólicamente los conflictos por las tierras en Oaxaca.
Desde luego, hay espacios para autores cuya obra casi siempre está presente en estos ámbitos feriales: Robert Mapplethorpe, con tomas de Puerto Rico y de su fetiche Lisa Lyon, pero también hay sorpresas: los collages sobre el cuerpo de George Woodman, sí, el padre de la extraordinaria Francesca, quien a sus 80 años experimenta la pasión por la imagen  que hace tres décadas tuvo su hija, cuya obra fue traída a ZONA MACO el año pasado y que actualmente difunde el MOMA.
La foto, en su forma pura o intervenida, está presente en Zona Maco.
Finalmente, en éste rápido inventario de miradas feriales nos quedamos con Sophie Calle, con el frío y a la vez, afectivo registro de las tumbas de su familia, y, con la obra de Alfredo Jaar, este portentoso autor  quien nos trasmite su constante inquietud por reflexionar sobre el poder de la fotografía: al ver los ojos de una Hillary Clinton (mucho antes de que fuera a bailar al Bar Havana, tras la Cumbre en Cartagena), esos ojos que nos quisieron trasmitir  lo que estaba mirando para que no lo miráramos nosotros: la muerte de Osama Bin Laden, aunque en realidad, ella y todos los representados en la foto tomada en la Casa Blanca, estaban mirando otra cosa.  Cuestión de mirar… y de dudar.
ZONA MACO está en el Centro Banamex, en Av. Conscripto 311, Lomas de Sotelo, en la Ciudad de México. Abre de 13:00 a 21:00 horas hasta el sábado y de 12:00 a 20:00 el domingo.

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