Liga de Veteranos (45 y +) en Fresnillo, Zacatecas — mayo 2025 ©Héctor Navejas

Hasta que el cuerpo aguante…

Liga de veteranos 45+ ante la cámara

Portafolio publicado en la revista CUARTOSCURO 186 (septiembre-noviembre 2025)

Texto y fotos de Héctor Navejas

A pesar de la notoria madurez de sus cuerpos, en los jugadores de la liga de veteranos 45+ no se extingue el anhelo de patear un balón. Con edades que oscilan entre los 45 y los 55 años, algunos de estos hombres presentan algo de sobrepeso, pero eso no les impide conservar retazos de experiencia y destreza en el manejo de la pelota.

En este nivel amateur, el juego se vuelve un poco más rudo debido a la merma de agilidad para evitar los choques con el cuerpo del adversario, circunstancia que aumenta el riesgo de sufrir lesiones. Por tal razón, los árbitros se enfrentan a un fatigoso trabajo al marcar infracciones, bastante recurrentes en cada partido.

Liga de Veteranos (45 y +) en Fresnillo, Zacatecas — mayo 2025

Aunque aquí no todo estriba en el físico ni en la habilidad para enamorar al esférico. En este ritual semanal también influyen factores como el carácter de los jugadores, pues la tolerancia se pierde con facilidad, los temperamentos se encienden y el ambiente se colma de gritos y reclamos, provenientes tanto de los propios jugadores como de las enjundiosas voces de quienes presencian los partidos. Así, resulta común escuchar expresiones como “¡chingados!”, “¡cabrones!” o “¡puta madre!”, entre otras manifestaciones del lenguaje popular mexicano.

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Al final del juego —o de la batalla— es tradición que los equipos veteranos disfruten de un momento de convivencia. Acompañados de un cartón de cerveza, no solo platican sobre los pormenores del encuentro disputado, sino que también fluyen la carrilla, el sarcasmo y la burla en los comentarios sobre sus vidas cotidianas.

El jugador de la liga de veteranos puede ser carpintero, mecánico, médico, profesor o abogado; sin embargo, en la cancha se anulan esas diferencias. Allí, en el rectángulo de juego, prevalecen la unión y el compañerismo, además de la pasión, la entrega y la disciplina, virtudes encarnadas por estos hombres dentro de un deporte que, además de brindarles diversión, contribuye a su salud y los aleja —durante el partido y en la convivencia posterior— de las preocupaciones propias de la vida cotidiana.

Las fotografías aquí exhibidas demuestran que la pasión por el futbol no se agota con el paso del tiempo, pues incluso es posible inscribirse y jugar en la categoría de 55+. Aunque, en realidad, la decisión de colgar los botines llegará “hasta que el cuerpo aguante”.