Francisco Toledo, el artista que llevó el arte y la lucha social más allá de los museos
Un día como hoy, en 2019, falleció Francisco Toledo, artista polifacético mexicano. Nacido el 17 de julio de 1940 en Juchitán, Oaxaca, desde temprana edad mostró un gran talento para el dibujo, habilidad que lo llevó a explorar y dominar múltiples disciplinas artísticas, como la pintura, la escultura, el grabado y la cerámica.
Toledo no solo destacó en el arte, sino también por reflejar la esencia de Oaxaca en sus obras, combinando la cultura zapoteca con un estilo propio. Además, creó centros culturales como el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) y el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), los cuales han servido como preservadores y difusores de la cultura hasta el día de hoy.
Más allá de su faceta artística, Toledo desempeñó un papel como activista y defensor de causas sociales y culturales. Luchó por la defensa de la identidad oaxaqueña. Un ejemplo de su activismo fue la tamaliza que organizó como manifestación pacífica para promover la defensa del uso del maíz nativo. Asimismo, en diciembre de 2014, llevó su arte a la protesta cuando, junto a niños de primaria, elaboró 43 cometas con los rostros de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
A pesar de que han pasado cinco años desde su partida, su legado sigue vivo, ya que una figura tan importante como Francisco Toledo es difícil de olvidar. Su impacto perdura a través de sus obras, su compromiso social y, sobre todo, por su profundo respeto y dedicación a la preservación de su cultura.
Texto por Daniel Yáñez.