EXPOSICIÓN. EXPLOSIÓN EN GUADALAJARA 1992, PEDRO VALTIERRA
A 24 años de la catástrofe, las explosiones ocurridas en la ciudad de Guadalajara aún se encuentran presentes en la memoria colectiva de la población, una herida abierta que seguirá estando presente por largo tiempo.
Para conmemorar los lamentables acontecimientos se presenta una exposición fotográfica con fotos donadas por el fotoperiodista Pedro Valtierra, la cual estará abierta al público hasta el 9 de mayo en la planta alta del palacio municipal de Guadalajara.
El siniestro sucedió el 22 de abril de 1992, dejando un paisaje demolido, como si la ciudad hubiese sido bombardeada. Las explosiones de petróleo en el sistema de alcantarillado ocurrieron poco después de las 10:05 de la mañana en el cruce de la calle Aldama y la Calzada Independencia, a partir de allí se desencadenó una serie de estruendos sucesivos: a las 10:06 en las calles de 20 de Noviembre y Gante; a las 10:08 en Gante y Nicolás Bravo; a las 10:12 en Nicolás Bravo y la avenida González Gallo, a las 10:23 en Gante y Calzada del Ejercito; a las 10:31 en 5 de Febrero y Río Bravo, a las 11:16 en Río Pecos y Río Álamo, sucesivamente en la Calzada González Gallo y Río Suchiate. Los estallidos destruyeron casi 11 kilómetros del colector Intermedio de Oriente, lo que se conoce como el barrio de Analco, afectando también a las colonias Atlas, San Carlos y Las Conchas. La calle Gante fue una de las más afectadas.
Con el paso de los días, incluso de los años, las estadísticas oficiales se contrapusieron. Según el compendio oficial, las explosiones ocasionaron la muerte de 500 a 700 personas, dejaron casi 800 heridos y 15 000 personas sin hogar. Sin embargo, testimonios de personas sobrevivientes y voluntarios de la tragedia indican una suma mucho mayor en bajas y heridos.
Aún a 24 años de los sucesos, las explicaciones de las detonaciones quedan confusas: la versión de la PGR apuntaba al derrame de los hidrocarburos en el poliducto Salamanca – Guadalajara y a la aglutinación de condiciones por las obras del Tren Eléctrico y unas tuberías de agua cercanas a dichos poliductos.
Se habló de una situación de alta explosividad en las redes del SIAPA y el intenso calor de aquel verano. El día 21 de abril los vecinos insistieron a las autoridades del intenso olor a gasolina en las alcantarillas. Efectivamente, trabajadores del ayuntamiento y Protección Civil, acudieron para hacer revisiones, encontrándose fuertes niveles de gasolina y otros hidrocarburos, sin embargo se dijo que no era necesaria la evacuación de la zona, este hecho tuvo una visible controversia política.