EL RETO DEL CI
Itala Schmelz se encuentra frente a un gran reto. Lo sabe y está tranquila. Es tiempo de reflexionar y establecer prioridades. Ya vendrán más proyectos a sumar en el camino.
Por ahora, la nueva directora del Centro de la Imagen (CI) tiene dos prioridades fundamentales: terminar la remodelación del recinto para crear el espacio de acuerdo al proyecto que se iniciara hacia finales de 2011, y realizar la reestructuración administrativa que le permita la autonomía suficiente para una operación óptima.
Reconoce que el reto es mayúsculo si se considera que al mismo tiempo debe trabajarse en crear planes y estrategias para el funcionamiento del CI -una vez que esté en marcha- para al menos los dos primeros años.
De acuerdo al proyecto original del arquitecto Isaac Broid, que incluye más espacios de exhibición, se trabajará en una bóveda adecuada para crear las condiciones óptimas para el resguardo de la colección -y permitir que ésta se amplíe-, incrementar el acervo en la biblioteca.
Sobre la otra de las dos principales iniciativas de Schmelz, de la darle mayor autonomía al CI, señala que debe volver a tener el estatus de dirección de Conaculta, como cuando fue fundado -categoría que se modificó a subdirección (dependiente del Cenart) en 2004- para poder actuar de manera directa con las autoridades como es el caso de la Cineteca Nacional o la Fonoteca, y hacer más eficiente y rápido el trabajo.
Schmelz considera que el Centro de la Imagen tiene mucho bagaje e historial en líneas fundamentales de trabajo que deben continuarse, como la realización de Fotoseptiembre, el Seminario de Arte Contemporáneo, la Bienal de Fotografía y la publicación de la revista Luna Córnea, entre otros, las cuales crearon la estructura del CI en sus mejores épocas.
Señala que aunque no sea una escuela, el CI sí debe seguir siendo un lugar de formación a través de talleres, de revisión de portafolios y de publicaciones que deberían tener una mayor difusión.
Agrega que, desde su punto de vista, el CI es un cruce de muchos caminos que tienen que ver con la producción de la imagen, desde la fotografía como tal hasta la producción documental o cuando se use como herramienta de lenguaje fundamental para la creación contemporánea, llegando a la frontera entre foto y cine, foto y video, imagen y letras, etc.
«Creo que el diálogo con otras prácticas es muy saludable», señala.»Mi compromiso es con los creadores y con que ellos puedan encontrar un diálogo con el público».
Afirma que no tiene compromiso alguno con el tipo de fotografía que se haga, que habrá cabida para todos pues «lo importante es cómo hacer para que este amplio abanico se sienta representado en el Centro de la Imagen».
Schmelz no es una persona ajena al mundo de las artes. Licenciada en Filosofía (1988-1992) por la UNAM, fue directora de la Sala de Arte Público Siqueiros (SAPS) (2001-2007), donde diseñó un programa de arte contemporáneo en el cual participaron alrededor de 50 artistas mexicanos y de otras nacionalidades. En la SAPS también desarrolló exposiciones en torno al legado de David Alfaro Siqueiros, tales como Matrices fotogénicas (2002) y Siqueiros abstracto (2001).
De 2007 a 2011 fue directora del Museo de Arte Carrillo Gil (MACG), donde promovió las exhibiciones individuales de fotógrafos y creadores mexicanos en general, así como un programa de formación para el arte emergente producido en conjunto con la Fundación BBVA Bancomer.
La directora hace un recorrido por las instalaciones del Centro de la Imagen. Si bien se empieza en el patio de entrada donde todo aparenta ser igual que ha sido siempre, al irse adentrando en la salas pueden verse algunos cambios, como la terminación del patio que da hacia Balderas, el cual tiene piso de madera y una pared adecuada para exposiciones a cielo abierto que ella llama provisionalmente «fotógrafos al muro».
En las salas de exhibición hay cajas de materiales de exposiciones anteriores que no han sido devueltos y que, espera, puedan ser donados para que formen parta del acervo del CI. En lo que fuera el patio de atrás, se concentrarán al área de conservación y consulta con la bóveda, la biblioteca y una mediateca. Y se gana además un gran espacio pues será del CI uno de los cuatro patios diseñador por Zabludovzky para la Ciudad de los Libros, al cual se tendrá acceso por el pasillo superior existía ya en las salas de exhibición pero que se prolongará para tener salida al nuevo sitio.
«La parte buena de que el Centro esté cerrado por ahora es que tengo tiempo de trabajar hacia adentro y con todos en el medio para generar un mapeo, entender la escena, con el objetivo optimista de que en un año el CI esté abierto, funcionando con una estructura administrativa más fluida de acuerdo al estatus que debe de tener, así como ya contar con un plan de trabajo concreto».
Por ahora, la nueva directora del Centro de la Imagen (CI) tiene dos prioridades fundamentales: terminar la remodelación del recinto para crear el espacio de acuerdo al proyecto que se iniciara hacia finales de 2011, y realizar la reestructuración administrativa que le permita la autonomía suficiente para una operación óptima.
Reconoce que el reto es mayúsculo si se considera que al mismo tiempo debe trabajarse en crear planes y estrategias para el funcionamiento del CI -una vez que esté en marcha- para al menos los dos primeros años.
De acuerdo al proyecto original del arquitecto Isaac Broid, que incluye más espacios de exhibición, se trabajará en una bóveda adecuada para crear las condiciones óptimas para el resguardo de la colección -y permitir que ésta se amplíe-, incrementar el acervo en la biblioteca.
Sobre la otra de las dos principales iniciativas de Schmelz, de la darle mayor autonomía al CI, señala que debe volver a tener el estatus de dirección de Conaculta, como cuando fue fundado -categoría que se modificó a subdirección (dependiente del Cenart) en 2004- para poder actuar de manera directa con las autoridades como es el caso de la Cineteca Nacional o la Fonoteca, y hacer más eficiente y rápido el trabajo.
Schmelz considera que el Centro de la Imagen tiene mucho bagaje e historial en líneas fundamentales de trabajo que deben continuarse, como la realización de Fotoseptiembre, el Seminario de Arte Contemporáneo, la Bienal de Fotografía y la publicación de la revista Luna Córnea, entre otros, las cuales crearon la estructura del CI en sus mejores épocas.
Señala que aunque no sea una escuela, el CI sí debe seguir siendo un lugar de formación a través de talleres, de revisión de portafolios y de publicaciones que deberían tener una mayor difusión.
Agrega que, desde su punto de vista, el CI es un cruce de muchos caminos que tienen que ver con la producción de la imagen, desde la fotografía como tal hasta la producción documental o cuando se use como herramienta de lenguaje fundamental para la creación contemporánea, llegando a la frontera entre foto y cine, foto y video, imagen y letras, etc.
«Creo que el diálogo con otras prácticas es muy saludable», señala.»Mi compromiso es con los creadores y con que ellos puedan encontrar un diálogo con el público».
Afirma que no tiene compromiso alguno con el tipo de fotografía que se haga, que habrá cabida para todos pues «lo importante es cómo hacer para que este amplio abanico se sienta representado en el Centro de la Imagen».
Schmelz no es una persona ajena al mundo de las artes. Licenciada en Filosofía (1988-1992) por la UNAM, fue directora de la Sala de Arte Público Siqueiros (SAPS) (2001-2007), donde diseñó un programa de arte contemporáneo en el cual participaron alrededor de 50 artistas mexicanos y de otras nacionalidades. En la SAPS también desarrolló exposiciones en torno al legado de David Alfaro Siqueiros, tales como Matrices fotogénicas (2002) y Siqueiros abstracto (2001).
De 2007 a 2011 fue directora del Museo de Arte Carrillo Gil (MACG), donde promovió las exhibiciones individuales de fotógrafos y creadores mexicanos en general, así como un programa de formación para el arte emergente producido en conjunto con la Fundación BBVA Bancomer.
La directora hace un recorrido por las instalaciones del Centro de la Imagen. Si bien se empieza en el patio de entrada donde todo aparenta ser igual que ha sido siempre, al irse adentrando en la salas pueden verse algunos cambios, como la terminación del patio que da hacia Balderas, el cual tiene piso de madera y una pared adecuada para exposiciones a cielo abierto que ella llama provisionalmente «fotógrafos al muro».
En las salas de exhibición hay cajas de materiales de exposiciones anteriores que no han sido devueltos y que, espera, puedan ser donados para que formen parta del acervo del CI. En lo que fuera el patio de atrás, se concentrarán al área de conservación y consulta con la bóveda, la biblioteca y una mediateca. Y se gana además un gran espacio pues será del CI uno de los cuatro patios diseñador por Zabludovzky para la Ciudad de los Libros, al cual se tendrá acceso por el pasillo superior existía ya en las salas de exhibición pero que se prolongará para tener salida al nuevo sitio.
«La parte buena de que el Centro esté cerrado por ahora es que tengo tiempo de trabajar hacia adentro y con todos en el medio para generar un mapeo, entender la escena, con el objetivo optimista de que en un año el CI esté abierto, funcionando con una estructura administrativa más fluida de acuerdo al estatus que debe de tener, así como ya contar con un plan de trabajo concreto».
¿Alguna idea de cuándo abre el CI?
De acuerdo a la directora, Itala Schmelz, espera que en un año estén listas las instalaciones…