Detrás del arreglo dominguero: Juan Rodrigo Llaguno

Texto: Norma Garza

Retratos de Domingo es un trabajo de Juan Rodrigo Llaguno que apareció en el número tres (octubre-noviembre) de la Revista Cuartoscuro publicada en 1993 con un texto de Norma Garza.

Una casualidad, un rostro, una idea y la sorpresa lo llevaron a la serie Retratos de Domingo. Juan Rodrigo Llaguno empezó a tomar rostros en la Gran Plaza de Monterrey y al revelarlos encontraba siempre algo no imaginado: el gesto de prepotencia del policía se convertía en impotencia, la mujer, de esmerado arreglo, lucía todo el peso de la realidad, y el inmigrante parecía desencantado tratando de encontrar lo que nunca llegó.

Vestidos de domingo, con sus camisetas a la última con la leyenda impertinente que nunca entenderán, la mirada de nostalgia por el campo, por el aire puro y la sinceridad que aquí no se usa, aparecen las fotos domingueras de la Gran Plaza, de la Alameda de Monterrey.

Rostros domingueros, esmerado arreglo, vestigios del campo, vestidos brillantes, y miradas profundas, evocadoras, risueñas, preocupadas, distraídas, entretenidas en ver la ciudad a la que emigraron y en la que encuentran todos los días algo para enfrentar, algo para gozar y los domingos para olvidar.

Así, recorriendo los paseos de los trabajadores regiomontanos, ha captado Juan Rodrigo Llaguno la esencia del retrato, del retrato que habla, que expone y que capta el interior del modelo.

Cada domingo con su cámara, recorriendo los paseos tradicionales, pedía a su modelo que le permitiera tomar la fotografía. El confiaba en la pose, sintiendo que a través de ella el modelo se expone, se abre.

Para captar ese interior, ese ser escondido, Llaguno habla con su modelo, lo convence de posar para su fotografía y se niega a tomar indígenas como los turistas tomarían a los animales del zoológico. Tiene que convencerlos de que la fotografía no es solo curiosidad o afán de coleccionar retratos.

Les otorga dignidad y así aparece el padre con sus dos hijos en lo que se vuelve documento de fin de siglo: Mickey junto a las Serpientes y Escaleras, los rostros del campo curtidos, tratando de adaptarse a la ciudad inhóspita, difícil y alegre, vestida de domingo.

Para Juan Rodrigo Llaguno, la cámara es lo de menos, qué cámara, qué lente, qué sofisticación comprar y agregar no tiene importancia. Lo básico es encontrar la forma de comunicarse con el instrumento, saber captar la esencia a través de la lente. Y la sensibilidad triunfa.

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