DE VILLA A JET SET
La paradisíaca bahía de Acapulco fue captada desde mediados del siglo XIX por daguerrotipistas y viajeros, mientras en la centuria posterior y lo que va de la presente, artistas y fotorreporteros han registrado sus contrastes culturales y sociales. Esta historia paralela entre el desarrollo de la fotografía y el devenir del puerto guerrerense es investigada por el etnólogo Samuel Villela Flores.
Un adelanto de sus indagaciones será presentado en el marco del Seminario Permanente de Estudios sobre Guerrero, que organiza el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). De la Villa de Acapulco al Acapulco del Jet set. 160 años de fotografía en el puerto, será el tema que expondrá Villela el próximo martes 9 de abril en la sede de la Coordinación Nacional de Antropología.
El especialista en etnohistoria de Guerrero y Morelos, comenta que los primeros daguerrotipos conocidos de Acapulco datan de 1851, estas tomas realizadas por Robert H. Vance incluso se exhibieron en una galería de Nueva York. De manera discontinua, en el restante siglo XIX sería un destino visitado por viajeros como Augustus Le Plongeon e innovadores de la técnica fotográfica como Eadweard Muybridge.
Las pesquisas de Samuel Villela, investigador de la Dirección de Etnología y Antropología Social (DEAS) lo llevaron al que se considera el primer álbum histórico gráfico de la Revolución Mexicana, difundido con fines comerciales en 1911, una década antes de que Agustín V. Casasola publicara su Álbum histórico gráfico sobre los sucesos de este periodo.
El libro intitulado Revolución evolucionista de México fue patrocinado por la casa comercial de William McCann Hudson y Romana Billings, quienes radicaban en el puerto de Acapulco y se dedicaban a la producción y venta de tarjetas postales. Para Villela, esto “demuestra que en Acapulco se han dado momentos trascendentes en términos de producción fotográfica”.
Precisa que esta compilación “trae fotos de la tripulación del cañonero ‘El Demócrata’ que participó bombardeando a los sublevados contra la dictadura de Porfirio Díaz, que eran los generales Enrique y Pantaleón Añorve, Silvestre Mariscal, entre otros, que confluyeron en la Toma de Acapulco, en mayo de 1911. También incluye imágenes de la guarnición porfirista del Fuerte de San Diego”.
Con las primeras décadas del siglo XX también inició la presencia de fotógrafos locales, destacando los paisajes y tomas de la vida cotidiana capturados por José de Jesús Pintos que complementarían los textos de Acapulco: monografía anecdótica contemporánea, de Rosendo Pintos Lacunza, editado en los años 30.
Al igual que J. J. Pintos, otros fotógrafos de la región revelaron en sus imágenes un interés documental, registrando las actividades y las playas de un puerto de pescadores que hacia fines de los años 20, con la construcción de una carretera —encomendada por Álvaro Obregón—, empezó a despuntar como destino comercial y turístico.
“Existe una producción interesante en blanco y negro, depurada en términos técnicos y artísticos, que recrea las vistas de la bahía, las playas, los atardeceres y la vida social. Después, en los años 50 y 60, llegaron las postales a color bajo la autoría de fotógrafos como Mark y Ella Turok, y más tarde las fotografías del Jet set, una época que muchos añoran, que ya no va a volver…”
En los acervos de la Fototeca Nacional del INAH, en el Fondo Casasola, también se encuentran valiosos testimonios visuales sobre Acapulco, sobre todo de carácter periodístico, como la visita de Eisenhower, en compañía del entonces presidente Adolfo López Mateos; de la vida nocturna en salones de baile, de los bañistas y de la novedosa arquitectura de los hoteles.
Al respecto, Samuel Villela indica que existen un par de hoteles que alojaron a las luminarias de Hollywood y que hoy exhiben los retratos de ese momento. “El primero es el Hotel Papagayo que recibió a personalidades como Johnny Weissmüller, John Wayne y Errol Flynn; mientras, en una de las suites del Villa Vera contrajeron nupcias Elizabeth Taylor y Mike Todd, y en otra de sus habitaciones se sabe que Brigitte Bardot hizo topless, fue la primera vez que una actriz hacía este desnudo parcial”.
Sin embargo, otros autores se decantaron por el otro puerto, el alejado del Jet set, como ejemplo está Lola Álvarez Bravo, quien en el libro de Francisco Tario, Acapulco en el sueño, dio a conocer fotografías de paisajes menos explorados y de los afromestizos de la costa. Asimismo, la crónica de Ricardo Garibay de 1978 que también lleva el nombre de la ciudad, dialoga con imágenes de los barrios marginales, prostíbulos y trabajadores que sobreviven a expensas del turismo.
“De hecho Garibay tuvo muchas recriminaciones por parte del sector turístico de Acapulco por difundir una imagen que ellos creían nociva, pero es parte de esa realidad”, anota Samuel Villela.
El etnólogo concluye que en su ponencia llegará “hasta el Acapulco de nuestros días porque tenemos imágenes muy cruentas de esta ola de violencia que ha sacudido el puerto, realizadas por fotorreporteros como Pedro Pardo que han tenido reconocimientos internacionales. Son momentos históricos muy difíciles y en esa medida tenemos que recogerlos porque no se trata de hacer una añoranza de Acapulco, sino de hacer una historia social de las imágenes”.
De la Villa de Acapulco al Acapulco del Jet set. 160 años de fotografía en el puerto: martes 9 de abril, 11:00 horas. Sala 1 de la Coordinación Nacional de Antropología, en avenida San Jerónimo no. 880, colonia San Jerónimo Lídice.
(Fuente: INAH)
Un adelanto de sus indagaciones será presentado en el marco del Seminario Permanente de Estudios sobre Guerrero, que organiza el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). De la Villa de Acapulco al Acapulco del Jet set. 160 años de fotografía en el puerto, será el tema que expondrá Villela el próximo martes 9 de abril en la sede de la Coordinación Nacional de Antropología.
El especialista en etnohistoria de Guerrero y Morelos, comenta que los primeros daguerrotipos conocidos de Acapulco datan de 1851, estas tomas realizadas por Robert H. Vance incluso se exhibieron en una galería de Nueva York. De manera discontinua, en el restante siglo XIX sería un destino visitado por viajeros como Augustus Le Plongeon e innovadores de la técnica fotográfica como Eadweard Muybridge.
Las pesquisas de Samuel Villela, investigador de la Dirección de Etnología y Antropología Social (DEAS) lo llevaron al que se considera el primer álbum histórico gráfico de la Revolución Mexicana, difundido con fines comerciales en 1911, una década antes de que Agustín V. Casasola publicara su Álbum histórico gráfico sobre los sucesos de este periodo.
El libro intitulado Revolución evolucionista de México fue patrocinado por la casa comercial de William McCann Hudson y Romana Billings, quienes radicaban en el puerto de Acapulco y se dedicaban a la producción y venta de tarjetas postales. Para Villela, esto “demuestra que en Acapulco se han dado momentos trascendentes en términos de producción fotográfica”.
Precisa que esta compilación “trae fotos de la tripulación del cañonero ‘El Demócrata’ que participó bombardeando a los sublevados contra la dictadura de Porfirio Díaz, que eran los generales Enrique y Pantaleón Añorve, Silvestre Mariscal, entre otros, que confluyeron en la Toma de Acapulco, en mayo de 1911. También incluye imágenes de la guarnición porfirista del Fuerte de San Diego”.
Con las primeras décadas del siglo XX también inició la presencia de fotógrafos locales, destacando los paisajes y tomas de la vida cotidiana capturados por José de Jesús Pintos que complementarían los textos de Acapulco: monografía anecdótica contemporánea, de Rosendo Pintos Lacunza, editado en los años 30.
Al igual que J. J. Pintos, otros fotógrafos de la región revelaron en sus imágenes un interés documental, registrando las actividades y las playas de un puerto de pescadores que hacia fines de los años 20, con la construcción de una carretera —encomendada por Álvaro Obregón—, empezó a despuntar como destino comercial y turístico.
“Existe una producción interesante en blanco y negro, depurada en términos técnicos y artísticos, que recrea las vistas de la bahía, las playas, los atardeceres y la vida social. Después, en los años 50 y 60, llegaron las postales a color bajo la autoría de fotógrafos como Mark y Ella Turok, y más tarde las fotografías del Jet set, una época que muchos añoran, que ya no va a volver…”
En los acervos de la Fototeca Nacional del INAH, en el Fondo Casasola, también se encuentran valiosos testimonios visuales sobre Acapulco, sobre todo de carácter periodístico, como la visita de Eisenhower, en compañía del entonces presidente Adolfo López Mateos; de la vida nocturna en salones de baile, de los bañistas y de la novedosa arquitectura de los hoteles.
Al respecto, Samuel Villela indica que existen un par de hoteles que alojaron a las luminarias de Hollywood y que hoy exhiben los retratos de ese momento. “El primero es el Hotel Papagayo que recibió a personalidades como Johnny Weissmüller, John Wayne y Errol Flynn; mientras, en una de las suites del Villa Vera contrajeron nupcias Elizabeth Taylor y Mike Todd, y en otra de sus habitaciones se sabe que Brigitte Bardot hizo topless, fue la primera vez que una actriz hacía este desnudo parcial”.
Sin embargo, otros autores se decantaron por el otro puerto, el alejado del Jet set, como ejemplo está Lola Álvarez Bravo, quien en el libro de Francisco Tario, Acapulco en el sueño, dio a conocer fotografías de paisajes menos explorados y de los afromestizos de la costa. Asimismo, la crónica de Ricardo Garibay de 1978 que también lleva el nombre de la ciudad, dialoga con imágenes de los barrios marginales, prostíbulos y trabajadores que sobreviven a expensas del turismo.
“De hecho Garibay tuvo muchas recriminaciones por parte del sector turístico de Acapulco por difundir una imagen que ellos creían nociva, pero es parte de esa realidad”, anota Samuel Villela.
El etnólogo concluye que en su ponencia llegará “hasta el Acapulco de nuestros días porque tenemos imágenes muy cruentas de esta ola de violencia que ha sacudido el puerto, realizadas por fotorreporteros como Pedro Pardo que han tenido reconocimientos internacionales. Son momentos históricos muy difíciles y en esa medida tenemos que recogerlos porque no se trata de hacer una añoranza de Acapulco, sino de hacer una historia social de las imágenes”.
De la Villa de Acapulco al Acapulco del Jet set. 160 años de fotografía en el puerto: martes 9 de abril, 11:00 horas. Sala 1 de la Coordinación Nacional de Antropología, en avenida San Jerónimo no. 880, colonia San Jerónimo Lídice.
(Fuente: INAH)