Cuautepec de Madero, donde los vochotaxis son el rey
En Cuautepec de Madero, un barrio montañoso en la Ciudad de México, el Volkswagen Sedán, conocido como «vocho«, vive una segunda vida como protagonista del transporte local. Según los responsables de una de las bases de “vochotaxis”, aproximadamente mil quinientos de estos vehículos están en operación. En el centro del barrio, no pasa más de un minuto antes de que un vocho recoja a los pasajeros. Lo utilizan familias, personas con compras y residentes que necesitan subir a sus hogares en las colinas del cerro del Chiquihuite, y en algunos casos, aún más arriba.
Ulises, conductor de vochotaxis desde hace seis meses, comenta que su diseño le ayuda para las inclinadas calles de Cuautepec. «No batalla nada, los demás carros ni la intentan subir para acá. Con el vocho de volada sube uno», explica y agrega que ni siquiera la lluvia reduce la circulación de estos vehículos. Dependiendo del día, puede realizar hasta cincuenta viajes diarios. Los conductores operan desde las 4:00 de la mañana hasta las 23:00, haciendo trayectos rápidos que promedian siete minutos por viaje.
La popularidad del vocho se justifica con la facilidad para ascender pendientes pronunciadas. En comparación con vehículos de tracción delantera, el peso del motor trasero del vocho y la transferencia de peso hacia el eje trasero aseguran una tracción firme, permitiendo superar las pendientes. Los precios de los viajes varían entre los veinte y cincuenta pesos, y los conductores sólo deben pagar una cuota semanal para el «permiso» de operación. En cuanto a los costos de mantenimiento, César, otro conductor, menciona que necesita cambiar aceite, balatas y realizar arreglos generales cada cuatro o seis meses, lo que hace que el vocho sea una unidad rentable.
A pesar de operar en una zona legalmente ambigua, sin placas o papeles de verificación, los vochos en Cuautepec de Madero son una parte esencial del tejido social y económico local. Decorados con diversos colores y arreglos estéticos únicos, estos vehículos son la columna vertebral del transporte cotidiano para los residentes, aunque el barrio no sea un destino turístico popular.