Construyendo ficciones

Lolita Castelán
La percepción es terrorífica, son evocaciones oscuras, desoladas

La fotógrafa Cannon Bernáldez (México, 1974) compartió con Cuartoscuro parte del proceso creativo que la envuelve y que se ha convertido en una forma de vida y de contemplación del mundo.
En 2006, Bernáldez ganó la Bienal de Fotografía con la serie titulada Miedos, trabajo que inicio un ciclo creativo que ahora concluye pero cuya continuidad estilística y emocional llega a su nuevo proyecto, al que por ahora llama Botánica.
Miedos duró sólo lo que el proceso creativo demanda y que se inserta más allá de los ritmos de producción comercial a los que estamos acostumbrados en un sistema de mercado.
Explica la fotógrafa: “La cuestión del proceso creativo, es el transcurso del mismo proceso, y uno debe ser respetuoso con eso. Lo que muchos quieren es hacer fotos ya, y que salga el proyecto y ya estuvo. Cuando en realidad son procesos que hay que disfrutar y estar al pendiente porque van cambiando y surgiendo nuevas cosas”.
Cannon nos abre las puertas de su estudio. Imágenes en un corcho, en la pared, una cámara de medio formato, frente a una maqueta en la que yacen ramas que ahora son esculturas a la espera de ser registro de luz, son parte del “decorado” que nos da la bienvenida.
Y comienza la charla, que para mayor precisión, es un borbollón de ideas de parte de quien ha decidido asumirse como una constructora de espacios y escenarios:
“Me interesa mucho construir ficciones y jugar con los espacios, porque es la idea de crear mi propio espacio, mi refugio, la casa propia, la habitación. Finalmente los cambios que hay en la vida generan un proyecto, y eso habla de todo lo que traigo detrás y de mis necesidades.
“La idea de los espacios implica apropiármelos y jugar con estos, recrearlos, reconstruirlos y no sólo es la cuestión de hacerlo, de poner una maqueta, sino de apropiarme también el espacio físico donde puedo crearlo, tener un propio espacio de producción.
“El hecho de crear estos escenarios y espacios tiene que ver con mi propia condición y estado anímico. Responden a necesidades internas”.
Y sobre esta conexión entre ánimo-emotividad-fotografía abunda: “Para que el proyecto tenga sustento y soporte es necesario entrelazar la parte emotiva con el proceso fotográfico, si no, no tendría razón de ser, sería como hacer algo que esté bonito y ya. Y no, para mí es como una cuestión de contemplación, en el caso de proyecto (Botánica) todo el proceso –buscar materiales, dibujar, construir, instalar– ha implicado cuestiones de mucha contemplación”

¿En qué momentos hay conexión entre Miedos y Botánica?

Hay continuidad en el interés de hacer fotos como documentos. Me importa y cuido mucho el acabado, que éste tenga que ver con el propio proyecto, que tenga razón de ser un plata/gelatina o virado, o impresiones análogas, que sea ese acabado y el papel parte del documento. Crear fotos que aporten información no sólo por lo que veas, sino por lo que hay a alrededor.
“Estoy pensando en darle salida en vidrio o hacer ambrotipos, albúminas, para que siga teniendo la foto este valor como documento, y recrear mucho la idea del fotógrafo del siglo XIX, y no sólo eso, sino la idea del fotógrafo viajero del siglo XIX. Lo que hago es que me asumo como fotógrafa viajera que junta, recolecta, clasifica, y hace cuestiones también taxonómicas, que dibuja, bocetea y luego viene y recrea su propia interpretación de lo que es la toma; esto tiene que ver Miedos, que son construcciones, y tiene que ver mucho con la fotografía antigua, y los escenarios terroríficos, oscuros.
“Tienen que tener esta atmósfera que da continuidad al estilo, pero los miedos siguen presentes, aquí no son imágenes de violencia. La percepción es terrorífica, son evocaciones oscuras, desoladas, quizá con violencia pero ya no tan evidente.”

¿Cómo vives este proceso creativo?

Tengo una bitácora, son ideas que van saliendo. Apunto la cosas que me llaman la atención, pego las que me gustan, trato de que tenga un hilo conductor, que no se queden como ideas abstractas o puramente visuales, tienen que terminar en algo, es decir, qué es lo que quiero decir, cómo lo voy a decir y por qué lo estoy haciendo así, ir argumentándolo.
“Todo esto lo voy anotando en una bitácora, hago bocetos –aunque sean dibujos muy primarios–, eso va dando idea de lo que quiero, cómo pinto el fondo, cómo cuelgo las ramas. La libreta se va revisando y voy viendo qué puede ser lo más rescatable de todo eso. No es un trabajo de una semana o un mes. Anoto acierto y errores, lo que falta o sobra, va cobrando forma.
“Como todo proceso necesita tiempo y visualización, cuando tengo una idea concreta es cuando puedo hacer la foto. Es como ir jugando, luego tienes que preparar la escena, acomodar la placa, nivelar la cámara… Hacer un tiro te puede llevar un día, sin tomar en cuenta el trabajo previo concepción.”
La fotógrafa se instala tras una cámara de formato medio, una Graflex, que usaban los fotoperiodistas en los cuarenta y cincuenta, la placa 4 x 5 asegura la calidad de la imagen. Desde ahora planea impresiones del mismo tamaño, y seguir en la multidisciplina para resolver retos: la pintura –hasta donde se pueda-, elaboración de maquetas, dibujos, esculturas, video con imágenes fijas. Planear es parte del proceso de visualización. ¿El objetivo? Crear una ficción que propicie la contemplación, entendida como un momento que amplia las posibilidades emocionales y engrandece el espíritu.

Actualmente Cannon Bernaldez imparte talleres en el espacio Photo Linterna Mágic,a que ella misma fundó, y en el que se ha enfocado al desarrollo de proyectos creativos de sus alumnos. El taller se encuentra en Río Lerma 42, int. 2, col. Cuauhtémoc. Informes al 55 33 59 49 www.cannonbernaldez.com cannonbernaldez@gmail.com

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