Ases de la cámara: textos sobre fotografía mexicana, de Rebeca Monroy
Reporteros gráficos como Manuel Montes de Oca, Ismael Casasola, Aurelio Montes de Oca, Luis Zendejas, Enrique Delgado, Francisco Mayo, Ugo Moctezuma, Julio León, “El Chino” Pérez, Faustino Mayo, Agustín Casasola Jr., Antonio Carrillo Jr., Armando Zaragoza, Tomás Montero Torres y Leo Matiz, integran una lista de 33 fotógrafos, convocados por el crítico de arte Antonio Rodríguez (1908-1993) en 1947, para realizar la exhibición Ases de la cámara que se expuso en el Palacio de Bellas Artes. El dato de esta exposición, rescatado por la investigadora Rebeca Monroy en su libro de nombre homónimo al de esa muestra, lo convierte en el más antiguo del que se tenga noticia sobre la presencia del fotoperiodismo mexicano en una sala de arte.
Expresa Monroy respecto de esa muestra fotográfica en Bellas Artes: “Fue un acto muy significativo porque, por vez primera, materiales de fotoperiodismo fueron expuestos en un recinto destinado a las bellas artes. En ese momento, Antonio Rodríguez, con el apoyo de Regino Hernández Llergo, director de Mañana, y de Enrique Díaz Reyna, representante de la Asociación Mexicana de Fotógrafos de Prensa, buscaba que la profesión del fotoperiodismo tuviera un estatus mayor”.
Así, luego de 10 años de investigación, la doctora Rebeca Monroy, presentó el libro Ases de la cámara: textos sobre fotografía mexicana, edición del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), que recupera los textos que Antonio Rodríguez publicó en la revista Mañana, relativos a las entrevistas que hizo a 19 de los 33 fotorreporteros que participaron en el concurso-exposición del Palacio de Bellas Artes, y que ahora son documentos críticos del desarrollo del fotoperiodismo en nuestro país.
Las entrevistas revelan “la percepción que (los fotógrafos) tenían de su trabajo, por ejemplo, si lo consideraban arte o no… Contaban sus anécdotas más audaces y además elegían su mejor fotografía, la cual se usó para acompañar la entrevista.
“Otro factor que los fotoperiodistas señalaban —continua Rebeca Monroy— era el azar o la ‘chiripa’ al momento de capturar las imágenes”. Sobre lo que Rodríguez consideraba: “Gracias al estado de vigilancia en que permanentemente se hallan, (los fotoperiodistas) pueden registrar fotográficamente un hecho fugaz en mucho menos tiempo de lo que necesita una persona común para darse cuenta de él”, agrega Monroy.
En esa primera muestra de fotoperiodismo en Bellas Artes, se expusieron contundentes imágenes de la gran “Campaña desanalfabetizadora”; de la asistencia a un juzgado del ex presidente Plutarco Elías Calles, acusado de almacenar armas; de León Trotsky moribundo tras el atentado por parte de Ramón Mercader; y de la embestida de un toro al matador Silverio Pérez, entre otras.
Por ejemplo, Cita Monroy, la fotografía de Trotsky se muestra en coautoría, Agustín Casasola Jr. y Enrique Díaz, porque ambos hicieron la labor de entrar furtivamente en la Cruz Verde, aunque fue Díaz quien la tomó. Estas historias que no conocemos, ‘porque se fueron con los muertos’, fueron reveladas en las entrevistas con Antonio Rodríguez”, comenta Monroy, investigadora de la DEH. (Con información del INAH)