Legado en peligro: Estudio Taller Selenium enfrenta desalojo
El Estudio Taller Selenium, ubicado en la colonia Santa María la Ribera en la Ciudad de México, será desalojado del edificio Puebla en octubre de 2024, luego de que fuera la sede durante 30 años.
Según cuenta Daniel Mendoza, miembro del colectivo Selenium, el taller cuenta con tres pilares: el archivo fotográfico, el equipo de fotografía y cinematografía, y el equipo de laboratorio. En el taller hay cámaras de foto, de video, rollos, paneles de revelado y otros artículos que cuentan historias de cine, política, cultura y la historia del país.
Mendoza explica que el valor que aporta el Estudio Selenium radica en una metodología de trabajo y enseñanza en la que se integran la teoría y la práctica. Además, es un taller artístico donde los participantes son conocedores de un tema, resultado de una investigación en la que se han aplicado métodos y conocimientos.
“Nos hemos propuesto formar verdaderos estudiantes de fotografía y cinematografía, entendiendo que el estudioso se compromete con una indagación continua y el desarrollo de la teoría adquirida, superando incluso la información obtenida”, explicó.
El Taller Selenium se estableció como un espacio de producción fotográfica y cinematográfica con la asesoría y apoyo de maestros como Nacho López, Carlos Jurado, Mario Luna, Julio Galindo, Antonio Caballero, José Antonio Rodríguez, Jesse Lerner y muchos otros que han apoyado y donando equipo al taller.
El uso de cámaras en dispositivos inteligentes, cámaras desechables y formatos de corta duración se ha convertido en un paradigma con el que chocan las prácticas clásicas. Por ejemplo, el proceso físico-químico con el que se revelaban las fotografías; el autor era quien manipulaba el 100 por ciento del proceso, en algunos casos llegando a desarrollar su propia cámara a mano con cartón y pegamento.
El desalojo del Estudio Taller Selenium se debe a que no se llegó a un acuerdo con los nuevos dueños del edificio. El estudio se encuentra en el 129 de la calle Sabino desde hace 30 años, donde tenían una renta fija según el acuerdo alcanzado con la primera dueña.
Desde 2018 se estableció un diálogo entre ambas partes, ya que Mendoza señala que había irregularidades en el contrato de compra de los actuales propietarios. Uno de estos detalles es que se mencionó que el edificio no estaba habitado, aunque había familias que decidieron abandonarlo para evitar conflictos legales.
Uno de los principales desafíos a los que se enfrentará el Estudio Taller Selenium será empacar todo el material que tienen, ya que abarca tres departamentos del edificio. “Imagínate cómo vamos a mover este dinosaurio. Tenemos casi 30 años guardando la historia de la fotografía, es imposible empacarlo tan fácil”, comentó Daniel Mendoza. Además, desconocen el lugar que fungirá como su nueva sede.