PORTAFOLIO. EL ALMA DEL PUEBLO

Texto y fotos por Luis Torres
Vamos a empezar el año. Como en todos los demás, hay que desempolvar nuestros rosarios y Santos. Se juntó dinero suficiente para la fiesta patronal, en donde vamos a reventar voladores y a quemar los toritos importados del pueblo de Halachó.
Vamos a la fiesta a  gozar de unas cervezas y uno que otro bailecito al ritmo de cumbia tropical que bailan las mujeres en mini falda que están en el escenario.
Mi gente, tu gente, la nuestra, se viste de gala y saca sus mejores atuendos para celebrar la llegada de las ánimas; la bajada del Señor de la Salud.
Vamos a divertirnos. En estas fechas somos inconscientes del significado perdido de nuestras fiestas y tradiciones, pero vamos a gozar hasta el amanecer, que al día siguiente tenemos más para beber y disfrutar.
Nuestros Santos nos esperarán sobrios y nosotros crudos al mediodía, sudando y gritando nuestras plegarias al calor de los alcoholes.
Vamos, “¡vamos por dos!”, esas dos que se convierten en cartones y en resaca al día siguiente; vamos, vamos a bailar y a olvidarnos por qué festejamos… a fin de cuentas el año entrante está cerca y podemos empezar de nuevo.
El pueblo de América se ríe y celebra con elegancia a la muerte. Nadie la festeja como nosotros, pues nadie llora y luego ríe cuando recuerda que algún día estaremos donde alguna vez  empezamos; nadie goza y celebra; nadie canta y hace poemas como nosotros los latinos.
Pero ya vamos, vamos a festejar que la muerte también se cansa de las fiestas y sólo espera el momento en que el  marchito corazón tire su último pétalo. Vamos, vamos a liderar la fiesta más grande.
¿De qué manera?  Sintiéndonos orgullosos de esta tierra que nos agarra desde la raíz, de nuestro pasado, y vivamos el presente pensando en un futuro lleno de orgullo hacia nuestros pueblos… ¡Salud!
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