LA MIRADA SANDINISTA DE EMILIANO THIBAUT

Por Carolina Romero

Más de una vez, Emiliano Thibaut enfocó con su lente la imagen del subcomandante Marcos; también la de las escoltas, armas, mujeres zapatistas y cualquiera de los rincones de los Caracoles o la selva Lacandona.

De 1979 a 1990, la vida de Emiliano se situó en el escenario de una revolución que pretendía construir una sociedad sin clases sociales en Nicaragua. En cualquier momento, tendría que pelear contra los “gringos”. Su adolescencia quedó marcada tanto por el espíritu de lucha del pueblo nicaragüense, como por el halo de sangre inocente que corrió en el país en que creció. En él, se sembró una semilla de inspiración; el sueño de una sociedad diferente.

En un principio, estudiaba arquitectura en la UNAM; sin embargo, durante su primer viaje a la selva Lacandona, tomó la decisión de abandonar su carrera para dedicarse de lleno a la fotografía. Desde entonces, “no me he arrepentido ni un instante”, comenta Emiliano.

Su trabajo sobre el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) lo llevó a enfrentar una orden de expulsión de México durante el sexenio de Ernesto Zedillo, la cual pudo evitar cuando dejó de hacer fotografías sobre temas sociales. Una vez nacionalizado mexicano, Emiliano continuó retratando según lo que le dictaba la ideología que lo formó.

La mirada de Emiliano Thibaut siempre estuvo puesta en lo social y político. El fotógrafo, chileno de nacimiento y mexicano por nacionalización, no sólo ha logrado transformar sus inquietudes en fotos, sino que ha encontrado en su cámara una herramienta para involucrarse en los problemas sociales.