H. Brehme, primer fotodocumentalista en México: Mayra Mendoza
Las imágenes tomadas por el fotógrafo alemán Hugo Brehme en México durante la Revolución Mexicana, que circularon por primera vez en el país germano, y hasta los años cuarenta en México para ser olvidadas, y rescatadas hasta 1995, ahora podrán ser vistas en el Museo Franz Mayer, gracias a la investigación y curaduría realizada por Mayra Mendoza Avilés, subdirectora de la Fototeca Nacional del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Brehme puede ser considerado como uno de los primeros documentalistas en México, pues elaboró un discurso visual, una especie de ensayo fotográfico, con sus tomas durante el periodo revolucionario. “No busca el amarillismo, o el momento de sangre”, dice Mayra Mendoza, él está cuidando las líneas en su composición, los puntos de fuga; busca una estética, y propone así “otra manera de fotografía de guerra”.
Durante un recorrido por la exposición que podrá ser vista del 5 de agosto al 3 de octubre, la curadora explicó que aunque no hay sangre en las tomas que forman parte de esta colección, sí hay una violencia implícita en imágenes que resultan “desoladoras”, como las paredes acribilladas, las tomas de la destrucción, los escenarios vacíos tras los enfrentamientos, o la fila de armas en descanso.
Mendoza explica que Brehme recurrió en varias tomas a la puesta en escena, pero que esto no demerita de ninguna manera el valor documental de las piezas, ya que sí bien compone la escena —circunstancia a la que se ha recurrido desde la invención de la fotografía— también es cierto que registra una época y momento determinados.
Hugo Brehme llegó México en 1908 y se estableció profesionalmente en 1912, abre su primer estudio en San Juan de Letrán 3. Y se da a conocer por sus imágenes de paisajes que circulan como postales, pero también registró la época revolucionaria que le tocó vivir, así como la invasión estadunidense.
La muestra que alberga el Museo Franz Mayer acoge más de 70 copias de las imágenes captadas entre 1911 y 1914 por Brehme. Inicia con paisajes rurales, para continuar con escenas donde se ven personajes de poder de la época. También se observan las tropas, a quiénes, dice Mendoza, en algunos casos evidentemente les pide que posen. También se ve la artillería federal, algunas tomas de la Decena Trágica, la bandera estadunidense izada en San Juan de Ulúa, la tripulación del buque Brehme, y una peculiar toma de una fila de cadáveres con el rostro cubierto.
En la estética de Hugo Brehme destaca la búsqueda de puntos de fuga, el cuidado en la composición de diagonales y formaciones, las tomas en picada, el juego de luces y sombras que otorgan un lado “amable” al escenario de guerra, un tono pictorialista, poco común en la época, explica Mayra Mendoza.
La investigadora también comenta que algunas de las imágenes de Brehme fueron reprografiadas por la agencia Casasola, por lo que se atribuían hasta hace poco a ellos, pero ahora se sabe que fueron realizadas por Brehme. Un ejemplo de eso es el retrato de los hermanos Zapata durante su boda, imagen que se incluye en la exposición.
Para la selección de obra de esta muestra —que arrancó su itinerancia en noviembre del año pasado en el Colegio de México, para continuar en el Centro de las Artes, de San Luis Potosí; en la Biblioteca Pública Juan José Arreola, de Guadalajara, y en la Fototeca del Centro de las Artes, de Monterrey— Mendoza Avilés revisó tres colecciones del autor: la del Museo Franz Mayer, integrada por 300 imágenes; la de la Fototeca Nacional, por mil 200 y la del Museum für Völkerkund de Hamburgo, por 75.
Brehme, quien fue uno de los primeros fotógrafos en manejar una Leica, realizaba básicamente impresiones en plata sobre gelatina y papel de gelatina–bromuro, así como plata sobre gelatina coloreada. Las tomas e impresiones de Brehme destacan por su impecabilidad. La pulcritud y orden de sus piezas revelan el tiempo que el fotógrafo alemán, naturalizado mexicano, invertía en su trabajo, de acuerdo con Mendoza.
El trabajo de Brehme estuvo en boga hasta que el modernismo desplazó su tendencia pictorialista, pero su contribución a la fotografía en México, de acuerdo con Mendoza, está en haber realizado una imagen de nación desde un ámbito independiente y desde un punto de vista con una estética muy singular.
Museo Franz Mayer (Av. Hidalgo 45, Centro Histórico, México D.F.). Del 5 de agosto al 3 de octubre. Horario: De martes a viernes de 10:00 a 17:00 horas, sábado y domingo de 10:00 a 19:00 horas. Admisión: 45 pesos público general, 25 pesos estudiantes y maestros. Entrada libre a niños menores de seis años y adultos mayores de 60 años.