3 PAUSAS RUMBO A NIKKO

Foto: © Alex Dorfsman.
Alex Dorfsman se encontraba en Japón. Ya había tomado las fotografías planeadas en el país asiático.
Se disponía a nadar en aguas termales, así que buscó en la guía de turistas y encontró la opción perfecta: el Parque Nacional de Nikko, con aguas termales en medio del bosque. El lugar ideal.
Se dirigió al sitio. Sin embargo, cuando llegó a nadar, se encontró con un “charco gigante de residuos químicos y minerales de la montaña, era como azufre y otras sustancias. No era lo que esperaba, pero fue mejor de lo que esperaba”.
El resultado de aquel viaje es la muestra “3 pausas rumbo a Nikko”, en donde retrata esos minerales impregnados en lo que en algún momento fueron aguas termales.
Alex estudió Artes Plásticas pues deseaba ser pintor y a lo largo de su formación se encontró con la fotografía. Todo empezó cuando él, como parte de sus educación escolar, pintaba algunos cuadros que eran copias de fotografías fuera de foco y entonces sus maestros le decían: “¿por qué lo pintas?, ¿qué quieres decir, que puedes reproducir muy bien algo? ¿por qué no tomas la fotografía? Lo que a ti te interesa es la imagen».
Sus mentores no se equivocaron y hoy Alex utiliza la cámara para expresarse. Pero la pintura no ha quedado de lado, siempre combina las dos técnicas.
“Lo que me gusta de la foto es que con ella puedo encontrar todas estas cosas pictóricas de cosas que están ahí, cosas que si yo hiciera en pintura no podría conseguir, ese caos y armonía que la naturaleza puede conseguir”.
“Para mí,  la foto es un proceso de observar de caminar, de verlo desde un lado, desde el otro, de oler, de utilizar todos tu sentidos para tomar un encuadre especifico”, dice.
“Hay muchas cosas que no me hacen feliz pero una que sí me hace feliz en la vida es tomar fotos, ese momento de irte a un lugar, de perderte, como que te desconectas, te olvidas que eres tú y te conectas con lo que estás fotografiando y te haces uno con lo que estás fotografiando y lo sacas de su realidad”, agrega.
En cada imagen, Dorfsman busca un acercamiento con su publico, pero “más libre, algo más abstracto, en donde la foto no tiene que ser leída de una sola manera, sólo son pistas para que cada quien le dé una lectura (…) en donde la gente no saber bien qué es lo que estas viendo, me gusta que se quede en el misterio».
Él disfruta que la gente se apropie de la foto, que la haga suya , que la interprete de acuerdo a su propia visión.
Ahora el artista forma parte del Sistema Nacional de Creadores ya que ganó una beca del Fonca y desarrolla su proyecto «Archipiélago».
La muestra «3 Pausas rumbo a Nikko» se expone en Patricia Conde Galería, ubicada en Lafontaine #73, Polanco, hasta el 20 de marzo.

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