SECRETOS DE CORTEZA

Los árboles se transforman en figuras humanas. Posan desnudos frente a la cámara de Adriana Reinking, bailan contra el azul de cielo, extienden sus brazos y cruzan sus piernas, se besan apasionados, lucen coronas de espinas o dejan caer una lágrima de savia.
El libro Secretos de corteza es, casi en palabras de su autora, una invitación a descubrir la sutil belleza de lo cotidiano. En sus páginas pueden encontrarse más de 60 imágenes que evocan al ser humano en la vida de los árboles, acompañadas de poemas que complementan a las fotografías.
Así, aquella imagen del árbol cruzado por cientos de lianas y ramajes que parece preso, se ve acompañado de las letras:
«Atrapado estoy/por no entender./Mis suposiciones/se vuelven cárcel./ Hasta que puedo/entender las cosas/me libro de ellas».
Y quizá valga la pena retomar las palabras que la misma Adriana escribe en el prólogo para entender esa recuperación de la capacidad de asombro para poder ver. Pero ver de verdad:
«Estamos distraídos, ya nada nos sorprende, no ponemos atención a lo que está ahí, frente a nosotros…[…] Por muchos años caminé rodeada por estos árboles, me cobijé bajo su sombra y noté lo diferente que vestían en cada estación, pero hasta ahora descubrí su belleza desnuda. No me había fijado en su sensualidad, no me di cuenta de que caminan boca abajo, ni de que sus piernas vuelan ligeras con el viento. No percibí, hasta que me detuve a observarlos, que me revelan secretos en un lenguaje exclusivo para mí».
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