47 años de unomásuno: Una apuesta por la independencia y el fotoperiodismo crítico
El 14 de noviembre de 1977 nació unomásuno, un periódico que rápidamente se convirtió en un referente en el periodismo mexicano. Su creación ocurrió en un contexto de importantes transformaciones sociales y políticas en el país, marcado por golpes de Estado y tensiones políticas en un panorama de luchas sociales en toda América Latina. Bajo la dirección de Manuel Becerra Acosta, unomásuno se propuso ofrecer una visión independiente de los sucesos y documentar la realidad social a través de la fotografía
El periódico nació tras la salida de un grupo de periodistas de Excélsior luego del golpe de estado editorial de 1976. Este grupo fundó dos proyectos: unomásuno y la revista Proceso. Becerra Acosta lideró la creación de unomásuno, buscando construir un medio autónomo que no solo informara, sino que también diera visibilidad a los temas sociales y políticos que no encontraban espacio en otros medios. En sus primeros años, se destacó por su enfoque en la fotografía documental y el fotoperiodismo, un cambio significativo en la forma de abordar los problemas del país.
El énfasis en la calidad periodística fue otra de las características definitorias de unomásuno. Becerra Acosta, quien había sido reportero en Excélsior, exigía a sus fotógrafos un nivel alto de profesionalismo y compromiso con la verdad.
«Era un director que apoyaba sin reservas, pero también sabía exigir lo mejor de nosotros», recuerda Christa Cowrie, primera jefa de fotografía en los periódicos mexicanos.
Para Cowrie, el principal diferenciador de unomásuno fue su independencia y la libertad otorgada a su equipo para abordar los temas sin censura ni restricciones. Esta autonomía fue crucial para dar voz a las realidades sociales que no se abordaban en otros medios de la época. A través de su trabajo, unomásuno logró capturar la esencia de México y otros países en momentos críticos de su historia.
El periódico fue considerado la cuna del nuevo fotoperiodismo en México, en gran parte gracias al trabajo de fotógrafos como Aarón Sánchez Vega, Miguel Castillo, Armando Salgado, Pedro Valtierra, Christa Cowrie, Martha Zarak, Jorgue Barragán, Enrique Ibarra y José Luis Rocha, quienes se unieron al proyecto en 1977. Su trabajo crítico y cercano a la vida cotidiana ofreció una mirada renovada sobre los problemas de la sociedad mexicana. Además, unomásuno se distinguió por su libertad para cubrir reportajes en todo México y América Latina, sin restricciones editoriales. “Tuvimos toda la libertad para hacer reportajes en cualquier parte de México y el mundo”, recordó Cowrie.
En el ámbito del diseño, unomásuno también marcó una diferencia. Con el trabajo de Juan Pablo Rulfo, el periódico desarrolló una estética que reflejaba su independencia y su enfoque moderno del periodismo. Rulfo, a sus 22 años, dio un aire fresco al periódico con su diseño innovador, lo que contribuyó a que el medio se destacara no solo por su contenido, sino también por su aspecto visual.
Unomásuno mantuvo una postura de total independencia editorial, pese a la publicidad oficial. Esto, sumado al apoyo de Becerra Acosta, permitió que el periódico se convirtiera en un espacio para la libertad de expresión. El medio se destacó por su valentía al abordar temas polémicos y por su capacidad para mezclar periodistas experimentados con jóvenes con una visión fresca y renovadora.
El legado de unomásuno perdura, no solo en la historia del periodismo mexicano, sino también en su influencia sobre los medios actuales. Su apuesta por la libertad, el fotoperiodismo y el apoyo a la cobertura de temas sociales lo consolidaron como un medio de gran impacto, cuyas lecciones y enfoque siguen siendo un referente para el periodismo en México.