Rituales Entablados
Esta muestra fotográfica da cuenta de las transformaciones que ha tenido el fandango en los últimos tres lustros en localidades de Guerrero y Veracruz donde aún se realiza. Las 32 fotografías que integran la exhibición documentan la forma en que los jóvenes están retomando esta festividad como un medio para manifestarse en contra de las diferencias sociales. Se exhibe en el Museo Regional de Guerrero (Plaza Cívica Primer Congreso de Anáhuac s/n Centro de Chilpancingo de los Bravo, Guerrero) .Concluye el 22 de octubre.
Las imágenes en blanco y negro, de gran formato, fueron captadas entre 1995 y 2010 por Antonio Castro, y recogen instantes en las comunidades de Soteapan, San Andrés Tuxtla y Tajapan, en Veracruz, y Zirándaro, en Guerrero.
Los elementos principales del fandango, como su sentido ritual o el uso de la tarima, se han modificado, lo que ha cambiado drásticamente la esencia de esta tradición, como un medio de convivencia al interior de las comunidades.
De acuerdo con Castro, se han pérdido ciertos elementos típicos del fandango como es la participación de todos los asistentes; el público es meramente espectador, ya no hay una convivencia.
“Así mismo, otros de los elementos que se han modificado es que los sones y jarabes que se bailaban en esta festividad tenían una coreografía, y hoy la gente cree que bailar estos ritmos nada más es zapatear”.
Un elemento fundamental, la tarima, se está dejando de lado, “lo cual es delicado, ya que ésta constituye uno de los elementos principales, porque más que un mero escenario, el entablado es un instrumento musical más del fandango”.
No obstante, las nuevas generaciones, dijo, han adoptado la festividad y sus géneros musicales como el son y la chilena, para manifestar su desacuerdo con las expresiones culturales impulsadas por los medios de comunicación, porque consideran que han sido éstos los responsables de fomentar la desigualdad entre la sociedad mexicana y acabar con prácticas culturales como el fandango. (Con información del INAH)