Resultados del Concurso Latinoamericano de Fotografía Cuartoscuro 2024 ¿Bailamos?

No importa si en la bocina suena un vals, una cumbia o la tambora, es imposible ignorar lo que el cuerpo pide con la música: bailar. Pueden ser pasos técnicos o saltos desordenados. Al final, el baile es sólo el pretexto para acercarnos, es el punto de encuentro que reúne culturas, luchas e historias ancestrales; ahí desaparecen los estigmas territoriales y distinciones sociales. Todos tenemos un corazón con ritmo, como si una misma canción nos conectara y  despertara en cada uno el instinto de comunicarse con el movimiento.

Como latinoamericanos compartimos el ingenio de convertir cualquier lugar en una pista de baile. A veces la duela se transforma en tierra que se levanta con el zapateo de las botas; los bailarines de ballet toman las calles y los vagones del Metro como escenario, y los traúnsentes son ahora los espectadores. Es posible romper las reglas cuando se trata del baile, pues no hay límite de edad para bailar el vals de los XV años, ni género que impida usar leotardo y zapatillas.

El tema del 24º Concurso Latinoaméricano de Fotografía Cuartoscuro 2024 ¿Bailamos? surge de la curiosidad por explorar la vasta expresión rítmica que se concentra en México y en los países hermanos de América Latina, pues el baile, como todas las artes, se ha convertido en un acto revolucionario que sana la herida de un continente con un historial violento y de represión.

El portafolio presentado en esta edición es el resultado de una selección de entre más de 2 mil 500 fotografías que llegaron de varias zonas del país: Oaxaca, Veracruz, Chihuahua, Nuevo León, Puebla, Zacatecas, Michoacán, Guanajuato, Jalisco, Ciudad de México. Un aporte importante fue también el de fotógrafos de Chile, Perú, Argentina, Colombia, Cuba, Costa Rica, Venezuela y Guatemala, quienes compartieron su manera tan única de ver.

Este mosaico de fotografías funge como testigo de nuestro paso por el mundo, porque no sólo lo que llena la agenda mediática merece ser visto; no debemos olvidar que los reflectores también deben estar en la vida cotidiana. Es preciso que el fotógrafo, aficionado o profesional, documente lo que parece no ser importante, porque en realidad esos momentos son los que en unos años contarán la historia.

Las imágenes también bailan, o al menos las de Carlos Alvar, primer lugar del concurso, que en su serie Fusión de instantes aprovecha la mezcla de técnicas fotográficas como la multiexposición, barridos y congelados, para capturar en una misma escena lo efímero del movimiento que a simple vista podría confundirse con alguna obra de arte.

¡Báilele, mijo, antes de que se nos vaya el alma!”, dice Guadalupe, retratada por Juan Pablo Zamora (segundo lugar), quien cumplió décadas después el sueño de bailar su vals de XV años, porque para el baile no hay edad, ni discapacidad que lo impida. Además de cumplir sueños, el baile juega un papel protagónico en las fiestas populares, como nos muestra Héctor Geovanni Villalobos (tercer lugar), con una escena de Juchitán de Zaragoza, Oaxcaca.

Las menciones honoríficas elegidas por el jurado son ejemplo de que que hay quienes usan el baile para crear comunidades; otros como remedio para sanar experiencias que dejaron heridas abiertas. Los fotógrafos seleccionados nos muestran los distintos rostros de la danza, así como los usos y costumbres.

Las 52  imágenes presentadas son el resultado del compromiso que Cuartoscuro y los fotógrafos que participan en cada certamen, desde hace 24 años, tienen con la preservación de la fotografía, esa que logra transmitir y trascender en tiempos de la sobreinformación.

 

CARLOS ALVAR (Ciudad de México) PRIMER LUGAR

La serie es una invitación a sumergirse en lo efímero del movimiento, donde se usa a las danza contemporánea como materia principal para la construcción de la imágenes que buscan crear una experiencia visual única. A través de la mezcla de técnicas fotográficas como la multiexposición, barridos y congelados, ésta serie fusiona los cuerpos, el movimiento y el espacio que habitan, creando líneas y formas abstractas.

 

JUAN PABLO ZAMORA (Ciudad de México) SEGUNDO LUGAR

Entre luces, elegantes peinados, bastones y andaderas las mujeres de «Un sueño cumplido», casa de la tercera edad, celebran con vals, comida y misa, los X V años que nunca tuvieron. Chayito, Vicky, Nohemí, son algunas de las «Quinceañeras de Oro». Envueltas con ilusiones y sueños, toman por asalto el pavimento. Guadalupe, con un vestido amarillo y flotando sobre la silla de ruedas, le dice a su nieto, al que cuida al fallecer su madre por covid meses atrás: —¡Báilele, mijo, antes de que se nos vaya el alma!

 

HÉCTOR GEOVANNI VILLALOBOS LÓPEZ (Juchitán de Zaragoza; Oaxaca) TERCER LUGAR

Se proyecta la esencia de una calenda tradicional previa a las Fiestas Titulares de Juchitán de Zaragoza, en el Istmo de Tehuantepec Oaxaca. Las danzas de música autóctona, fusionadas con el espectáculo de fuegos pirotécnicos, crean un escenario místico en el marco de la gran fiesta de esta comunidad indígena.

MENCIONES HONORÍFICAS

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