LA MAGIA DE LOS PROCESOS ANTIGUOS
Por Anasella Acosta
La recuperación de los procesos antiguos de fotografía no tiene como fin revivir el pasado, no se trata de nostalgia o romanticismo, sino de ampliar las herramientas de expresión de los creadores en el presente y no limitar el conocimiento a una imposición industrial.
Para Carlos Jurado, director de la Fototeca de Zacatecas, más allá de las discusiones de nombrar como alternativos o no estos métodos, son importantes los resultados que se quieran obtener.
Waldemaro Concha, quien ha recuperado la técnica de colodión húmedo, los considera un “goce” y una “locura” muy personal. «Tiene que ver con una búsqueda muy humana, la búsqueda de la imagen, de la belleza, de la producción manual de la imagen. Sé que a través de procesos puedo obtener las imágenes más rápido y fácil. Cada proceso tiene una cualidad expresiva, pero para mí el colodión implica un acercamiento mayor con la producción de la imagen».
Añade que «hay ocasiones en las en todo un día sólo se logra una imagen, pero significa mucho, porque hay un esfuerzo en la captura y obtención; se trabaja contra el aire, el tiempo, la temperatura, las cualidades de los químicos y cuando se consigue la imagen la satisfacción para mí no es comparable con ninguna otra técnica. Pienso que es una comprensión de la vida más gozosa, todo el proceso le da un sentido a la vida”.
Jon Goodman expresó que su principal motivo para hacer heliograbados es que las impresiones que se logran «son hermosas y la permanencia incuestionable», dados los materiales empleados como las tintas de carbón y el papel ciento por ciento algodón.
Goodman mencionó que el escogió el heliograbado porque necesitaba una labor en la cuál obtener satisfacción a cambio, y consideró que el auge de la técnica quizá se deba a que la impresión digital no es muy satisfactoria, ni durante el proceso ni en la interacción humana, y lo materiales tampoco ofrecen resultados muy satisfactorios; “el heliograbado, a diferencia, es un proceso que no sólo puedes ver, sino sentir”.
En tanto, Julio Galindo, autor del manual sobre platino/paladio expresó que “lo que importa es el trabajo que uno hace y tiene que ver con el gusto por el trabajo artesanal. Los procesos digitales son muy buenos, y han aportado a la recuperación de procesos antiguos; hacemos negativos digitales, vemos las imágenes en computadoras, podemos seleccionar, cortar”.
Para Byron Brauschli, impulsor del heliograbado en México, con los procesos antiguos cada uno tiene más posibilidades de expresión. “Hay una necesidad creativa de los fotógrafos que quieren expresarse más allá de la impresión común. Es un error calificar de romántica la práctica de estos procesos. Realizamos trabajo documental recurriendo a estas técnicas, totalmente antipictorialistas, que se confrontan con la técnica del romanticismo del heliograbado, pero se fortalecen ambas cosas”.
No todos los procesos por el sólo hecho de hacerse de forma artesanal dan como resultado fotos buenas, como tampoco no toda la salida digital es mala; la combinación, que cada vez se está haciendo de manera más intensa, da buenos resultados. Lo importante es entender cuál ha sido el desarrollo del lenguaje fotográfico, y poner a disposición de los fotógrafos distintas maneras de expresarse y soportes para hacerlo.
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