Premio José Rovirosa, al mejor documental
El jueves 3 de septiembre, a las 18:00 horas, en la Sala José Revueltas, se darán a conocer los nombres de los ganadores del Premio José Rovirosa, certamen en el que se inscribieron 26 documentales estudiantiles de escuelas como la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, la Escuela Nacional de Antropología e Historia, el Centro de Capacitación Cinematográfica y el CUEC, así como 30 documentales profesionales, tres de ellos provenientes de Jalisco, Chiapas y Nuevo León.
El Premio José Rovirosa consiste en 60 mil pesos para el Mejor Documental Mexicano y 15 mil pesos para el Mejor Documental Estudiantil. A partir de este año se otorgará una presea de plata en forma de una cámara cinematográfica antigua
En esta emisión, el jurado está constituido por tres profesores ligados al tema que han colaborado con la UNAM. En emisiones anteriores han sido jurados: el realizador español Arturo Cisneros y los cineastas mexicanos María del Carmen de Lara y Juan Mora Catlet, por citar algunos. El jurado tiene muy claro que en la categoría estudiantil no debe existir condescendencia, estos trabajos deben pasa por un análisis formal, estructurado y riguroso, de acuerdo con Guadalupe Ferrer, directora general de Actividades Cinematográficas de la UNAM.
En 2008 el Premio José Rovirosa abrió la categoría de Mejor Documental Estudiantil para acoger las propuestas audiovisuales de los más jóvenes creadores del género, particularmente de los estudiantes de cine de la UNAM y de otras escuelas del país.
Los ladrones viejos, de Everardo González; La Petatera, de Carlos Mendoza y ¿Quién diablos es Juliette?, de Carlos Markovich, son algunos ejemplos de la calidad de los filmes galardonados con el Premio José Rovirosa, único reconocimiento que la UNAM otorga en el ámbito cinematográfico con el fin de impulsar y distinguir la producción cinematográfica mexicana en las categorías de Mejor Documental Mexicano y Mejor Documental Estudiantil.
De acuerdo con Ferrer, el Premio José Rovirosa es un concurso esperado por los cineastas mexicanos, uno de los certámenes más importantes en el país porque reconoce desde hace más de una década la importancia del género documental y ha contribuido a su fortalecimiento.
Desde 1997, continuó Ferrer, el Rovirosa reconoce que este género debe tener una presencia y un camino certero y no sólo existir como el deseo de algunos cineastas que contra todos los obstáculos se dedican a su realización. La labor del documentalista debía ser reconocida y es la UNAM la que dio uno de los primeros pasos con un premio que refleja el perfil de la máxima casa de estudios al premiar trabajos de investigación serios que sustente una historia con elementos cinematográficos articulados, expresó la funcionaria.
“El documental que se presenta en el Rovirosa es un trabajo de vocación social que trasmite una serie de mensajes, no solo estéticos, con un manejo correcto del lenguaje cinematográfico, sino de contenido social, que trascienden y buscan un impacto en el pensamiento del espectador”, comentó Ferrer.