PORTAFOLIO. PULQUERÍA, LAURA MELÉNDEZ
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La Pulquería de don Chuy es una de las expendedoras de pulque más antiguas en la ciudad. En una de las paredes del pequeño salón un letrero conmemorativo dice: 50 aniversario. 1958-2008.
Está instalada entre el olor de aceite que destilan los locales distribuidores de refacciones para automóviles de la calle 5 de febrero, en la finca signada con el número 276, casi esquina con calle Analco.
Atiende detrás de la barra Alfredo Macías Mendoza, quien es interrumpido de un momento a otro por las solicitudes de pulques chicos, grandes, “campechanos”, “para hombres”. Comenta que el pulque es traído diario o al menos cada dos días, según las ventas, desde la Sierra del Tigre, en Concepción de Buenos Aires, al sureste del estado de Jalisco. “Este maguey se da en la sierra fría”, dice el señor.
Asisten al ritual matutino pulqueros adultos de más de 40 años de edad. Beben en jarritos de barro, sentados sobre sillas de madera.
Esta pulquería distribuye hasta 400 litros por semana entre sus comensales, que bien pueden ser pensionados, abogados, jueces, bachilleres, universitarios, extranjeros, turistas de otros estados de la República. A pesar de esto “han bajado las ventas desde el año pasado, con esto de la crisis”, dice don Alfredo.
La pulquería tiene clientes de muchos años y son ellos quien defienden la tradición no sólo del lugar sino de la bebida.
“De chiquillo lo tomaba allá en el cerro. Una vez mi apá me dejó echándole un ojo a unos trabajitos. Yo creí que no emborrachaba, pero me dejó cuidando y me puse a tomar hasta que me quedé dormido”.
– Guillermo González (97 años)
«Hace mucho que tomo pulque, pero seguido, apenas hace cinco meses. Sabe muy bien, mejor que la cerveza o cualquier otro licor, es mi favorito. El sabor es más guapachoso, y más que nada, es el ambiente que genera, como más buena vibra. El pulque es universal”.
– Antonio Rosales.
“El pulque es amor, es hermandad, es crear amigos, quien entra en esta pulquería, mas que cliente, mas que visitante se convierte en familia y sobre todo esta la regla de respeto a la mujer».
– Andrés Velázquez Obrero
«Hace siglos que lo tomo. Ya lo traigo en las venas. Si tomas pulque no estás sirviendo a las compañías, revives la cultura mexicana».
– Ruben Antillón, Maestro de universidad.
Está instalada entre el olor de aceite que destilan los locales distribuidores de refacciones para automóviles de la calle 5 de febrero, en la finca signada con el número 276, casi esquina con calle Analco.
Atiende detrás de la barra Alfredo Macías Mendoza, quien es interrumpido de un momento a otro por las solicitudes de pulques chicos, grandes, “campechanos”, “para hombres”. Comenta que el pulque es traído diario o al menos cada dos días, según las ventas, desde la Sierra del Tigre, en Concepción de Buenos Aires, al sureste del estado de Jalisco. “Este maguey se da en la sierra fría”, dice el señor.
Asisten al ritual matutino pulqueros adultos de más de 40 años de edad. Beben en jarritos de barro, sentados sobre sillas de madera.
Esta pulquería distribuye hasta 400 litros por semana entre sus comensales, que bien pueden ser pensionados, abogados, jueces, bachilleres, universitarios, extranjeros, turistas de otros estados de la República. A pesar de esto “han bajado las ventas desde el año pasado, con esto de la crisis”, dice don Alfredo.
La pulquería tiene clientes de muchos años y son ellos quien defienden la tradición no sólo del lugar sino de la bebida.
“De chiquillo lo tomaba allá en el cerro. Una vez mi apá me dejó echándole un ojo a unos trabajitos. Yo creí que no emborrachaba, pero me dejó cuidando y me puse a tomar hasta que me quedé dormido”.
– Guillermo González (97 años)
«Hace mucho que tomo pulque, pero seguido, apenas hace cinco meses. Sabe muy bien, mejor que la cerveza o cualquier otro licor, es mi favorito. El sabor es más guapachoso, y más que nada, es el ambiente que genera, como más buena vibra. El pulque es universal”.
– Antonio Rosales.
“El pulque es amor, es hermandad, es crear amigos, quien entra en esta pulquería, mas que cliente, mas que visitante se convierte en familia y sobre todo esta la regla de respeto a la mujer».
– Andrés Velázquez Obrero
«Hace siglos que lo tomo. Ya lo traigo en las venas. Si tomas pulque no estás sirviendo a las compañías, revives la cultura mexicana».
– Ruben Antillón, Maestro de universidad.