PÁSELE, MARCHANTE

Desde la época prehispánica, gracias a su enorme poderío político y militar, los aztecas consolidaron los primeros intercambios comerciales, en los que los mercaderes traían desde remotas tierras valiosos productos como el cacao, el jade, el algodón y los metales preciosos. El oficio de los comerciantes logró un insospechado desarrollo que prevalece hasta nuestros días.
De la necesidad de retomar la identidad de este espacio público surge Marchante, un trueque con el arte, proyecto que pertenece al “Proyecto de Inversión para la Producción de Pintura Nacional” del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Conaculta, y el Instituto Nacional de Bellas Artes, INBA.

Por medio de un análisis social, histórico y urbano previo, los habitantes y la población flotante de los distintos mercados comparten historias de vida, reflexiones y anécdotas que permiten identificar a los especialistas sociales (historiadores, sociólogos, antropólogos y urbanistas) los elementos identitarios que distinguen a cada mercado, los cuales son retomados posteriormente por el artista, quien será el encargado de plasmarlos gráficamente.
Al ser un espacio de uso social y colectivo, la elección de los mercados a intervenir se realizó tomando como referencia aquellos lugares donde, al mismo tiempo, conviven y se confrontan distintas visiones de la vida citadina; donde cohabitan múltiples modos de vida y formas de apropiación del espacio público.

En el Mercado Melchor Ocampo, Cristian Pineda proyecta la obra titulada $2,950 Marquesina. Identidades Compartidas, en la que el artista narra en el muro principal una posibilidad y un reto ideal para la comunicación y representación de naciones, prácticas culturales y populares que él concibe a través del color, en su fragmentación e incorporación de los elementos iconográficos arrojados por la investigación socio-histórica previa.
El Mercado Melchor Ocampo, más conocido como Mercado de Medellín, es el primero de diez mercados que se tienen contemplados para ser intervenidos, entre los que destacan el Mercado de Jamaica, el Tianguis del Chopo, el Mercado de la Bola, el Mercado de Xochimilco, el Mercado de San Pedro de los Pinos, entre otros.
“En esta primera experiencia dentro del Mercado de Medellín, pudimos observar que, a lo largo de sus 181 locales, el sentido de pertenencia a este espacio está fuertemente marcado por la extensa variedad de productos típicos de regiones que van desde el interior de la República como Yucatán o Veracruz, hasta países como Cuba, Colombia, Perú o Brasil”, comentó Andrea Muñoz, Psicóloga por la Universidad de Concepción en Chile.
Finalmente, Syrel Jiménez concluyó que “con Marchante buscamos generar un vínculo entre quienes confluyen en el mercado y el espacio, ya que a partir de nuestras prácticas y experiencias cotidianas construimos una visión del mundo y con ellos nos simbolizamos, percibimos y nos formamos como sujetos sociales. El proyecto tiene como objetivo convertir las acciones de la vida cotidiana en imágenes artísticas conformadoras y reformadoras de identidad cultural.”
(Fuente: Marchante)
El texto tiene muchas faltas de ortografía. Es probable que la gran mayoría de los lectores lo pasen por alto o simplemente no se den cuenta, pero se supone que este proyecto tiene un carácter cultural, por lo que debería cuidar tal aspecto. ¿Será que cada vez importa menos la labor del editor o será que lo hacen al «ahí se va»?