La relatividad de la luz

Entrevista con Silvia González de León

Carlos María Meza y Anasella Acosta


De la serie Doméstica, México, D.F. © Silvia González de León

Jugar con la relatividad de lo visible: dimensiones, atmósferas, distancias; experimentar de la mano de la sorpresa y andar al cobijo de la sabia paciencia, son algunas de las circunstancias en las que Silvia González de León ha desarrollado un trabajo creativo en el campo de la fotografía estenopeica. Una de las series de más reciente producción se titula Doméstica, de la que en esta ocasión comparte algunas imágenes con los lectores de Cuartoscuro.

Aunque González de León no sólo hace fotografía estenopeica, es esta técnica en la que, según ella misma, ha realizado su trabajo “más creativo”. Muestra de eso son las diversas series que integran el corpus de su obra, como la de los barcos en el puerto de Veracruz, o los desnudos y el paisaje en Canadá, la propia serie Doméstica, o bien Árboles de la ciudad, en las que la fotógrafa acusa un gusto obsesivo por el juego de las escalas de los objetos retratados, propiciado por la cercanía de los mismos a su cámara oscura.

¿Puedes hablar de tus influencias?

—Obviamente Carlos Jurado, no sólo porque con él empecé a hacer este tipo de fotografía, sino porque cuando conocí su trabajo experimental me impresionó mucho, en particular lo que hace con sus cámaras estenopeicas, esa atmósfera como antigua y mágica de sus imágenes. En una serie que hice en Canadá, cuando fui a hacer una residencia a Banff, estuve estudiando el trabajo de Bill Brandt; en particular sus desnudos en la playa, tomados con una cámara antigua dotada de un lente súper gran angular, con una apertura fija, y que tenía características parecidas a la estenopeica que yo había fabricado.

“Hice entonces una serie de desnudos con paisaje, con el cuerpo muy próximo a la cámara (a unos 15 cm), y como mi caja también era muy angular alcanzaba a salir toda la escena. El resultado fue muy interesante, el cuerpo monumental en primer plano, la montaña al fondo y las nubes moviéndose como ráfagas, cuando en realidad se veían como enormes cúmulos inmóviles. Con una cámara común no se podría lograr una escena así.”

La vida en familia otorgó otro ritmo y espacio creativos a González de León, de los que se derivó Doméstica, trabajo circunscrito en una primera etapa a la cocina. La fotógrafa vio en los objetos que habitan ese espacio, en apariencia exclusivamente utilitarios, entes en los que la luz también forjaba maravillas: brillos, volúmenes, nuevas dimensiones y deformaciones, reflejos, caos, esperas, silencios o soledades.

Y tan extraño y misterioso ha sido el resultado obtenido, que Silvia planea continuar captando otros espacios y objetos de la casa, donde la dimensión nuevamente definirá el estilo que impregne a las imágenes que también estarán a merced de la sorpresa que les depare el momento creativo y la técnica estenopeica.

¿Qué te ofrece esta técnica que no te ofrezca la foto convencional?

—Bueno, a mí me gusta la atmósfera que se crea con esta cámara. Por la misma forma en que entra la luz en la caja (por un agujerito pequeñísimo) hay una disminución importante de ésta, y una especie de suavidad en las líneas de los objetos, digamos en el foco, si se le puede llamar así. Prefiero trabajar con las cámaras angulares. Ahora tengo una caja que tiene tres centímetros de fondo, así que es muy amplio el campo que abarca. Me gusta el hecho de no estar segura de lo que voy a obtener, la sorpresa. Es algo que creo que ni con la fotografía convencional ni con la digital se logra. Y el que sea un aparato tan rústico que puedes construir de acuerdo con tus intereses lo hace fascinante.

Otra de las series peculiares de Silvia es la de árboles, que inició en 2001 luego de participar en un proyecto al lado de Carlos Jurado, Javier Hinojosa, Gabriel Figueroa, Pía Elizondo y otros, quienes trabajaron en la Selva Lacandona con cámaras estenopeicas. Silvia decidió continuar fotografiando árboles, ahora los de la ciudad de México, serie que hasta hoy continúa.

“Es difícil fotografiar árboles con la estenopeica, si quieres tomar el árbol hacia arriba habrá demasiado contraste, dominará la claridad y se perderá la textura del tronco. Tiene que ser en días claros, cuando el cielo esté azul para evitar el contraste. Y como la caja no tiene visor, no puedo saber cómo se verá la imagen. Entonces, tomo la foto y si no me gusta, pues la tengo que volver a hacer.”

Y es justo en ese rango de control no total que se pone en juego la sensibilidad de la autora, su aprendizaje paciente de la luz y de la incidencia de ésta en los objetos, la que los vuelve visibles y por ende inesperados, sorpresivos, mágicos.


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Un comentario

  1. Muy interesante articulo. Al principio no sabia que era camara estenopeica. Siempre me ha parecido muy originales las imagenes que se captan con esta camara. Las imagenes de la serie son unexcelente exemplo de calidad.
    Gia Hernandez

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