La Judea: la fiesta que une culturas
Por Adolfo Vladimir
Antes de emprender la subida a la Sierra Wixárika, en el inicio de la Sierra Madre Occidental, se juntan los estados de Jalisco, Zacatecas, Nayarit y Durango; aquí se realiza La Judea, sin Cristo ni cruz, sólo “borrados”, hombres que se pintan todo el cuerpo y representan a los judíos. Esta Judea tiene elementos de distintas culturas, en que se mezclan, por supuesto, la tradición católica, la penitencia pública y las creencia de los pueblos originarios, en particular la wixárika y tepehua. Todo el pueblo y el turismo se reúne en el centro de Huejuquilla El Alto en Jalisco para presenciar y recibir uno que otro chicotazo.
La fiesta principal se realiza el Viernes Santo; los borrados salen a la plaza principal y corren con enormes sombreros de cartulina multicolor. Son los judíos, quienes con algarabía piden a los espectadores una cooperación para la fiesta, todo bajo el control de los «cueros de cochino», otros borrados con máscara de tapir armados con un chirrión. Ahí comienzan los enfrentamientos, la gente participa en ellos, protegida por chamarras gruesas y sombreros de petate con cuero; desafían, “torean” a los borrados, nada más con un palo para defenderse de los chicotazos, representando un acto sobre la búsqueda de redención y castigo, que ejercen los látigos sobre la piel.
A medio día se liberan los barrabases, personajes principales de esta historia sagrada y profana. Después de purificarse revolviéndose en jarales, se arman de látigos y, al igual que los Cueros de cochinos, son toreados por los asistentes, en la plaza principal para luego caminar, en procesión, a varios lugares del pueblo.
Todos estos personajes envalentonados por el tepe, bebida tradicional del lugar, un destilado de agave con peyote. En medio de toda la fiesta ronda la muerte, delgados jóvenes disfrazados, que corren durante toda la ceremonia y tocan a los asistentes como una huella de mal augurio con sus dedos pintados de negro. Poco a poco todo el pueblo es una gran fiesta de latigazos y risas. Este teatro tradicional se termina el sábado con la quema de los judas. Esta Judea es sin viacrucis ni Cristo, acá la lucha entre bien y mal se resuelve sin el redentor.