Juan Gabriel, el ídolo que sigue vivo en la memoria de México
Texto por Daniel Yáñez
Casi al mediodía del 28 de agosto de 2016, México recibió con profunda tristeza la noticia del fallecimiento de uno de sus más grandes ídolos musicales, Juan Gabriel. El cantautor, cuya música tocó los corazones de generaciones, murió a causa de un infarto agudo al miocardio en su departamento en Santa Mónica, California. Su partida dejó un vacío enorme en la cultura musical mexicana.
El homenaje póstumo a Juan Gabriel no tardó en llegar. El 5 de septiembre de 2016, el Palacio de Bellas Artes se convirtió en el escenario de su último adiós. En este emblemático recinto, donde Juan Gabriel había conquistado al público en múltiples ocasiones desde su primera presentación en mayo de 1990, miles de personas se reunieron para rendir homenaje al querido «Divo de Juárez«. La despedida fue un momento de unidad nacional, donde los ojos de todo un país se posaron sobre el legado de un artista que trascendió fronteras y generaciones.
A lo largo de su carrera, Juan Gabriel compuso más de 1,800 canciones y dejó un legado que sigue vigente. Sus éxitos más conocidos como «Querida», «Hasta que te conocí» y «Yo no nací para amar» han sido la banda sonora de incontables momentos en la vida de muchos mexicanos. Con más de 10 millones de discos vendidos, 17 premios Billboard, 11 premios Lo Nuestro y una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, su impacto en la música es innegable.
La influencia de Juan Gabriel también se ha extendido a la cultura popular contemporánea. Sus canciones han sido utilizadas en películas como Güeros (2014) y el musical ¿Qué le dijiste a Dios? (2014). Incluso, se han creado figuras coleccionables de Barbie y Funko Pop! en su honor, reflejando sus icónicas vestimentas y estilo. Más recientemente, Google lo homenajeó con un Doodle en conmemoración de su obra y vida el 15 de julio de 2024.
Juan Gabriel no solo fue un cantautor prolífico, sino un símbolo de la música mexicana que seguirá presente en los corazones de todos. Su legado continúa vivo en sus canciones, que han acompañado a tantos en momentos de amor, dolor, alegría y reflexión. Como en una de sus adaptaciones más populares, muchos habrían deseado que «sus ojitos jamás se hubieran cerrado nunca.»