INSTRUCCIONES PARA ENTRAR AL MUNDO DE DULCE
Texto por Ana Luisa Anza
1. Conozca sus antecedentes
Su primer proyecto exitoso comenzó a andar solo, saltando obstáculos, dejando cientos de huellas, de prisa, contracorriente, eliminando peros, con una fuerza que quizá su misma autora no pensó que tendría: los superhéroes se infiltraron en los muros de las galerías, cruzaron fronteras, generaron comentarios y entrevistas. Y con la inercia de la fama, siguen ya su camino por el mundo sin necesidad de ser impulsados.
Por supuesto, no surgieron de la nada ni a la primera. Dulce Pinzón había estado merodeando por el mundo de la fotografía, buscando su estilo, explorando posibilidades, encontrando su propia forma de expresar algo. Su serie de Los superhéroes es quizá aquella que abrió una enorme puerta a su manera de reflejar lo que tenía que decir.
Ya había vivido 10 años como migrante en Nueva York –“una con más privilegios, el de hablar inglés y haber llegado en avión” –, los necesarios para saber qué se siente ser una indocumentada, que se venza un permiso de trabajo y sumarse a la comunidad, “trabajar de lo que fuera para ubicarme y darme el sentido de humildad para ver la gran labor de los trabajadores mexicanos y esta conexión de cariño y lealtad con sus familias a través del envío de remesas”.
La caída de las Torres Gemelas, el constante zumbido del concepto de heroísmo, su admiración por la gente con la que trabajó en una ONG y el encontrar un disfraz del Hombre Araña en un viaje a su natal Puebla, detonaron la serie. Ya nada la detuvo. Había encontrado su forma de expresarse.
2. Sepa de sus inquietudes
Vinieron otras series (People I like, Multiracial) y, ya de vuelta en México, retomó su inquietud de sus años adolescentes cuando quiso infructuosamente formar el capítulo poblano de Greenpeace.
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