Ignacio Medrano y su Gran Lente
Autora: Bertha Cristina Ayala Pérez
“¡Qué gran lente!”, exclamó el niño Ignacio Medrano Chávez cuando su hermano José Reyes le regaló su primera cámara. La familia, procedente de Nochistlán, Zacatecas, había llegado en 1895 a establecerse en la capital chihuahuense cuando él apenas tenía ocho años. Ese momento, significaría el inicio de un largo camino en la creación de imágenes.
Ignacio, a quienes muchos conocían como Nacho, creció rodeado de una familia de artistas: músicos, bruñidores y escultores; incluso su hermano Reyes era fotógrafo y músico. Es por esto que desde muy joven tenía la certeza de cuál sería su vocación: la fotografía. Su inquietud por lograr una imagen fue tanta que sus primeros experimentos los hizo en un cuarto oscuro improvisado debajo de su cama, cubierta de cobijas, para revelar las fotografías que capturaba.
En 1905, con 18 años, Nacho inaugura el primer estudio de El Gran Lente, el cual ofrecía -en el primer cuadro del centro-, servicios fotográficos de revelado, ampliaciones, impresión y montaje, también la venta de postales con vistas de la ciudad o parte de su colección de imágenes del siglo XIX.
Además de fotos en el estudio, tomaba imágenes de eventos sociales, desfiles cívicos, celebraciones religiosas y de prácticamente todo tipo de actividad que se realizaba en ese tiempo, con lo que generó un amplio y diverso archivo.
Ignacio veía en la fotografía mucho más que un trabajo para vivir, le inspiraba aprender más sobre el tema, decía que “la óptica del lente parece como la mirada de un águila”.
Fotografía en la Revolución Mexicana
Un fotógrafo sabe que debe estar en el lugar y momento en donde suceden las cosas. Y ahí estaba Ignacio. Además del trabajo de retrato, eventos familiares y foto empresarial, comenzó a registrar escenas revolucionarias y a sus personajes.
El movimiento fotográfico en el estado de Chihuahua fue masivo durante este capítulo de la historia, especialmente en 1911, con la toma de Ciudad Juárez. Los acontecimientos revolucionarios fueron registrados por varios creadores de imágenes, entre éstos, por fotógrafas como Esther Eva Strauss, Edith Lane, Calla Eylar y Clara Goodman, en la ciudad capital.
Las experiencias que Nacho tuvo en este tiempo fueron de varios matices. Dentro de lo riesgoso que fue ser fotógrafo durante la Revolución, se mantuvo como un trabajador de la lente, sin tomar partido. Es así como logró captar en imágenes la entrada de Pascual Orozco a Chihuahua en 1912; la toma de protesta como gobernador de Abraham González en 1911 y su funeral en 1914, así como a Victoriano Huerta en 1912.
Una de las anécdotas que contaba era cuando tomó la primer foto a Pancho Villa: “Yo salía corriendo después de la foto, pues le tenía miedo… pero con el tiempo tuve el gusto de que, al estrenar su primer traje de lino blanco, viniera el General a pie hasta El Gran Lente a retratarse”.
Las imágenes que capturaba de la Revolución fueron comercializadas en forma de postales, ampliaciones o botones.
Medrano y el cine
En 1911, hizo pública la adquisición de nuevo equipo cinematográfico, con el cual se puso inmediatamente en acción, tomando vistas de la ciudad y asuntos locales. El material que grababa tenía salida casi de inmediato, ya que se programaban funciones de cine en el Teatro de los Héroes, para proyectar películas de una corrida de toros o de festejos del 20 de noviembre, entre otras. Se considera que él es el primer cineasta y productor cinematográfico establecido en la ciudad de Chihuahua.
Medrano Chávez falleció el 15 de febrero de 1960, con lo que se cierra uno de los capítulos más trascendentales de amor y trabajo dedicado a la fotografía en la ciudad de Chihuahua.
*La investigación acerca del fotógrafo Ignacio Medrano Chávez y su estudio continúa en la búsqueda de material en archivos públicos y privados. El libro El Gran Lente. Fotografía 1905-1960, por Bertha Cristina Ayala Pérez/Maquinamaya, detalla situaciones y conjunta imágenes de distintos eventos, con el objetivo de recuperar la memoria perdida acerca de este personaje y su obra, en una revisión de sus inicios -abordando desde la genealogía, los estudios y sus ubicaciones-, así como sus series fotográficas y recortes publicados en los informativos de la época. Propone además la búsqueda de archivos en álbumes familiares, para promover su conservación y cuidado.
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