Fotos y palabras
Paco Ignacio Taibo II
Dicen que una foto vale más que mil palabras. Depende de la foto y desde luego depende de las palabras. De cualquier manera es un debate absurdo. Lo que no es absurdo es cómo los fotógrafos de Cuartoscuro se acercan a la fotografía, siempre buscando el ángulo inusitado, el rostro que sí dice lo que se está pensando, el gesto revelador, el paisaje que sí cuenta, la imagen que resume.
Muchas veces he intentado contar México a turistas y foráneos y siempre fracaso; hay algo inasible en este país que hace que después de una hora de explicaciones, me hagan volver a empezar.
He intentado con la foto y reunido una colección de imágenes que según yo son clarísimas. Tampoco funciona. Lo mismo han hecho en Cuartoscuro para resumir estos últimos años. Y sin embargo, cuando las veo, unas y las otras, todo parece transparente, lúcido, elemental:
Explican como los mexicanos estamos rodeados de figuras malignas, cómo para ganar una elección hay que hacerlo dos o tres veces, cómo es la luz en las tardes en el Zócalo, cómo se come un taco ladeando levemente la cabeza, cómo poner cara de pendejo o pendeja es un recurso supremo de carácter defensivo, como el empleo es una ficción, para qué sirve el humor negro, cómo vivimos gobernados por alienígenas (véase a Fox con papeles en la cabeza, o el peinado de Elba Esther que encubre un cráneo anormal en el estilo alien).
Sabremos que la muerte es una constante, que no existen los accidentes ni las casualidades (un paranoico es un mexicano dotado de sentido común), cómo cuando apuntan, disparan y cuando levantan el garrote, pegan; cómo, si Cristo viviera en México sería franelero en la Merced. Cómo cuando te enseñan los dientes es que te quieren morder.
También sabremos que tenemos espacio para la ternura y, sin duda, que lo único permanente es la resistencia.