Fotografía & violencia. Ojos que no ven
Contemplar la muerte, tocarla, desentrañarla, amarla o bien castigarla con indiferencia. Darle la espalda a pesar de saber que ahí, ahí está; inerte pero provocadora, fría y blanca pero horrorosamente macabra, silenciosa pero turbulenta, sin tiempo pero eterna.
Del blanco y negro a sus tonos hemáticos o viceversa. Convocando a los vivos en torno a ella, incitando sus deseos y temores. Surtidora de preguntas sobre el sentido y confirmación del sinsentido.
Y ante la muerte: ¿Qué somos? ¿Qué hacemos?
Un comentario