Fotografía, arma en la revolución mexicana
Durante la Revolución Mexicana la fotografía formó parte del equipo de guerra del Ejército Federal, porque a partir del análisis de imágenes captadas durante las batallas planeaba sus estrategias de combate, esta reflexión fue realizada por el especialista Heladio Vera, de la Fototeca Nacional, y difundida en un comunicado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
De acuerdo con el INAH, Vera expresó que la foto también fue usada como medio propagandístico entre los campamentos del Ejército Federal para dar a conocer los rostros de los enemigos.
Lo anterior fue difundido durante la exhibición de la muestra La Cámara Graflex, protagonista y promotora en la Revolución Mexicana. Las Batallas de Rellano y Bachimba, curada por Vera y Daniel Escorza.
La muestra integrada por 41 reproducciones de fotografías provenientes del Archivo Casasola del Sistema Nacional de Fototecas (SINAFO), tomadas en 1912 por fotógrafos anónimos, se exhibió en el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos en Puebla.
De acuerdo con la entrevista divulgada por el INAH, Vera estima que la cámara llamada Graflex, la más ligera entonces, y que “usaba películas flexibles y resistentes”, permitió que algunos fotógrafos contratados por el propio gobierno de Francisco I. Madero en 1912 pudieran capturar imágenes desde el propio campo de batalla, y “así la imagen también fuera usada como un arma más de combate”.
Con este equipo se captaba “el armamento que usaban, el rostro de los generales de más alto rango, escenas de la vida cotidiana y hasta las enfermedades que padecía la tropa, como la desnutrición”, refiere el boletín.
“La principal innovación de dicho equipo fotográfico fue su sistema réflex, que la hacía más ligera y fácil de transportar durante la Revolución Mexicana. Su peso equivalía al de una carabina Mauser, de aproximadamente 4 kilogramos, y sus dimensiones con todo y tripié eran semejantes al de una mochila en donde los soldados cargaba sus enseres militares y personales”.
Además, la Graflex permitía capturar un panorama más amplio con una perspectiva ligeramente en contrapicada que hacía más realista y atractiva a la fotografía. “En el caso de las imágenes en las que la gente aparece cabalgando o arriba de un tren en circulación, el efecto del nuevo sistema panorámico y la perspectiva se hacían más notorios con un realismo inusitado”.
El primer registro fotográfico realizado con este equipo tuvo lugar en las batallas de Rellano y Bachimba, en Chihuahua, durante el primer semestre de 1912, suscitadas luego de que el general Pascual Orozco desconociera a Francisco I. Madero como presidente de México.
Cuando concluyeron las batallas de Rellano y Bachimba, la cámara Graflex fue trasladada al centro del país para capturar imágenes de la mitigación de algunos alzamientos zapatistas.