El Fotoperiodismo no es un género menor: Valtierra
Anasella Acosta
El fotoperiodismo no es un género menor, afirmó el fotógrafo Pedro Valtierra al recibir la Medalla al Mérito Fotográfico que a través del Sistema Nacional de Fototecas (SINAFO) otorga el Instituto Nacional de Antropología e Historia, que este año reconoció la labor tres grandes personalidades en el ámbito de la fotografía: a Manuel Álvarez Bravo, en su memoria, a Graciela Iturbide y Valtierra
Durante la ceremonia de entrega de medallas, encabezada por Juan Carlos Valdes Marín, director del Sistema Nacional de Fototecas (SINAFO), y por Benito Taibo, coordinador de Difusión del INAH, Valtierra dedicó el reconocimiento a sus colegas fotoperiodistas que desde sus inicios y luego en el unomásuno, La Jornada y Cuartoscuro lo han acompañado. Destacó que mientras haya necesidad de información en el mundo el fotoperiodismo existirá, aportando a la democracia y convivencia en sociedad.
A su vez, Graciela Iturbide, expresó su beneplácito por recibir tal condecoración en Pachuca, Hidalgo dentro del marco del Encuentro Nacional de Fototecas y agradeció, sobre todo, a su maestro, Manuel Álvarez Bravo, quien -dijo- le abrió un mundo de posibilidades a través de la fotografía.
En nombre de Álvarez Bravo, recibió la medalla su hija, Aurelia, quién actualmente dirige la asociación que lleva el nombre de su padre. Mencionó algunos de los avances del archivo integrado por alrededor de 34 mil negativos, y adelantó que en el 2010 se realizará una exposición bajo el tema de culturas populares y arqueología en conjunto con la Fototeca Nacional.
Norma Mereles de Ogarrio, directora del Fideicomiso Archivos Plutarco Elías Calles y Fernando Torreblanca, recibió la medalla que también reconoció la labor de este instituto que resguarda un acervo de casi 30 mil imágenes relativas a la Revolución Mexicana.
En riesgo 4 millones de fotografías del AGN
Así dieron inició las actividades del X Encuentro Nacional de Fototecas, cuyas mesas de diálogo destacaron por la trayectoria y versatilidad de sus ponentes. Sin duda una de las mesas más interesantes fue la relativa a los archivos en el siglo XXI, y la sorpresa la dio la directora del Archivo General de la Nacional, Aurora Gómez Galvarriato Freer, quien dejo saber que alrededor de 4 millones de fotografías, consideradas Patrimonio de la Nación, se perderán en las próximas tres décadas de continuar en las lamentables condiciones de resguardo en que hoy se les proveen.
Durante su participación, Gómez Galvarriato proyectó imágenes que conmovieron a la comunidad involucrada y especialista en el rescate, restauración, conservación, investigación y difusión de los acervos fotográficos en el país: cubetas de plástico yacían en los pasillos donde descansaba, literalmente, un patrimonio iconográfico que en teoría debería conservarse en las mejores condiciones y estar activo.
La pregunta entre los asistentes no se hizo esperar, y en voz de la artista Elizabeth Romero, la sorpresa e indignación tuvo lugar: ¿A quién se le deben fincar responsabilidades sobre esta negligencia, que implica el descuido y perdida del patrimonio y memoria nacional?.
Luego de contar que en las pasadas lluvias se estropeó material fotográfico que “no era tan importante” y que el acervo ya ha sido trasladado a un edificio con mejor temperatura y condiciones de humedad, Gómez Galvarriato enumeró una serie de planes que podrían prolongar la vida del acervo por 80 años, si es que se realizan; de no ser así, dijo, la vida de la memoria iconográfica a cargo del AGN se perderá en las próximas tres décadas.
EL AGN cuenta con colecciones sobre la Revolución Mexicana, Grupos originarios de la frontera norte, los hermanos Mayo, Enrique Díaz, Ignacio Avilés y C.B. Waite, por mencionar sólo algunos.
En busca del sentido de una imagen
Otra de las mesas que sin duda movió a la reflexión fue la relativa a la Fotografía en la edición de publicaciones, en la que sus tres participantes: Pablo Ortiz Monasterio, Alfonso Morales y Francisco Mata coincidieron en la urgencia y necesidad de dar sentido a lo fotográfico, en medio de una producción y difusión masiva de la imagen, en medio de la homogeneización de la presentación y las lecturas en torno a ésta.
Morales expuso un principio: Ordenar con sentido y propósito un contenido, poner en movimiento un artefacto narrativo; lo secundó Ortiz Monasterio con un cuestionamiento: ¿Cómo se cuenta? ¿Cómo se dicen las cosas en fotografía?, y la recomendación: abrevar en los códices-cuentos de los pueblos originarios. Y en voz de Mata la insistencia: ¿Cómo generamos contenidos coherentes e interesantes? ¿Qué hacemos con la información, con el acceso a los medios? Y una alternativa: construir un punto de vista como partida y entonces pensar ¿cómo expresarlo?
Y la reflexión de Alfonso Morales a manera de incentivo: Un fotógrafo ya no es sólo el que toma imágenes, sino el que administra el sentido narrativo de esa obra; lo que quiera decir estará en cómo lo ordene ya sea para un libro, una revista o Internet.
Interesantes fueron las mesas sobre fotografía y cine en las que participaron Elisa Lozano, Francisco Gaytán y Rodolfo Palma; así como la relativa a La Fotografía en los Museos con las posturas de diversos representantes de los principales recintos que exhiben fotografía en el país.
Se inauguraron tres exposiciones: Naturata, de Graciela Iturbide; Migraciones, de Antonio Turok, Francisco Mata y Byron Brauschli, y la segunda edición de 100 fotógrafos contemporáneos, que destacó por lo irregular en la calidad de los trabajos exhibidos, así como en la trayectoria de los expositores.