DIÁLOGOS CON LA MIRADA

[slideshow_deploy id=’43397′] “La fotografía es, antes que nada, una manera de mirar. No es la mirada misma”.
Susan Sontag
El Instituto Superior de Artes Visuales IMAGO exhibe actualmente la muestra colectiva Diálogos con la mirada en la que quince artistas visuales exponen su manera de ver más allá a pesar del riesgo que esto conlleva y que a la vez está implícito en el ejercicio de la fotografía.
La obra puede apreciarse en Comitán 10, Hipódromo, Cuauhtémoc, de lunes a sábado de 10:00 a 18:00, hasta el 20 de diciembre.
La fotografía, como arte, es un ventana a otro mundo. Más bien: una ventana para mirar a otra parte. Disyuntiva interesante, teniendo en cuenta que vivimos en lo que Martin Jay definió como un “régimen escópico”, donde lo verosímil es la coincidencia entre lo que se ve y lo que la época considera normal que se vea. Este régimen escópico es el que nos explica por qué aceptamos la actual iconografía como representativa de este momento histórico, social y cultural. La mirada no es neutra ni un simple acto biológico, meramente sensorial o puramente fenomenológico, sino un proceso complejo, políticamente construido. Mirar a otra parte entonces, de cierto modo, está “prohibido”.
De una u otra manera, el problema con la mirada radica en que es siempre “la mirada de otro”. Y ahí radica también la paranoia (nuestra paranoia): ver más allá de lo permitido supone un riesgo. Por eso nuestra percepción es generalmente epidérmica, lejos de las necesarias percepciones sutiles que nos garantizan la libertad de sentir y vivir. Si queremos ser libres debemos ir al límite, al umbral de lo visible.
Reconstruir la mirada implica un diálogo, tal vez a la manera de lo que James Gibson definió como una “ecología de las imágenes”. Dónde mirar, cómo mirar, en qué momento mirar; eliminando (o dejando para luego) lo banal, lo puramente retiniano. Y eso es precisamente lo que han hecho cada uno de los creadores de esta exposición. Han logrado construir sus propias ventanas, dirigiendo sus miradas a aquello que sintieron importante. Como auténticos creadores, han exteriorizado su diálogo, resultado de su aprendizaje y sus preocupaciones sociales, conceptuales y estéticas. El corolario es este que apreciamos: quince artistas, quince miradas distintas. Para nosotros como espectadores, representan quince ventanas a mundos diversos. Dialoguemos con ellos.