DEL ARCHIVO. LA PASIÓN DE CRISTO EN EL RECLUSORIO ORIENTE

Fotos de Adolfo Vladimir

Texto de Carolina Romero

Al igual que Jesús el Nazareno, Oswaldo Jesús Rodríguez fue alzado en la cruz ante los ojos de apenas un centenar de internos durante la representación del víacrucis que se llevó a cabo en abril de 2017 en el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente de la Ciudad de México.

Desde hace 10 años, Oswaldo ha personificado el papel de Jesús como parte de su vida apegada a la religión; sin embargo, por 12 años ha formado parte del equipo de reclusos que es asesorado por la Arquidiócesis Primada de México, a través de la Pastoral Penitenciaria, para que los internos desarrollen adecuadamente la representación de la Pasión de Cristo.
Apenas 155 personas, de las nueve mil 989 que permanecen privadas de su libertad, participaron voluntariamente. De dicho equipo, 110 reos actuaron y 45 formaron parte del área de producción, maquillaje, escenografía y vestuario; todos recibirán una constancia cultural de la Subsecretaría de Sistema Penitenciario, la cual, dependiendo el delito, puede promover su proceso de preliberación al demostrar buena conducta.
En la explanada y en la parte trasera del auditorio, caracterizados como soldados romanos, apóstoles y judíos, los reclusos y algunas mujeres de la Pastoral representaron fielmente las estaciones de la Pasión de Cristo escritas en los pasajes bíblicos, las cuales culminaron con la simulación de la crucifixión.
En tanto, los custodios vigilaban a quienes corrían de un lado a otro para acomodar las escenografías; a los maquillistas que alistaban detalles de los personajes, y a los reclusos que se encontraban en el auditorio para observar la representación.
De acuerdo con la Subsecretaría de Sistema Penitenciario, aproximadamente 80 por ciento de la población de reclusos en todos los centros penitenciarios de la capital es católica. Por ello, “hay mucha participación y la mayoría no lo hace por la constancia, sino por la devoción que la tienen a Cristo, porque a final de cuentas estando ahí encerrados hay más fe y agradecimiento de las cosas buenas que les puedan pasar”, señaló el área de difusión del organismo gubernamental.
Considerada como una tradición dentro del Reclusorio Oriente, las celebraciones empiezan el Domingo de Ramos y concluyen el Domingo de Resurrección.
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