Circo, de Reyes, se presenta sábado 9 de octubre en la Feria del libro del Zócalo
¿Hace cuánto que no te ríes? ¿Hace cuánto que reprimes la capacidad de sorprenderte ante lo mágico y extraordinario? ¿Hace cuánto que el límite de tu tolerancia admite la muerte pero no la proeza corporal? El fotógrafo Gerardo Reyes propone dar un giro al malhumor cotidiano y sugiere un antídoto para menguar el estrés, sin que ello implique la enajenación mediática: asistir al circo; por eso, da la prueba en una breve función en blanco y negro, que se puede llevar a donde quiera y consultar cuando se guste en una versión de bolsillo, con la que inaugura el sello editorial View y la colección Fábrica de imágenes. Esta función convertido en libro bajo el título de circo será prensetado este sábado 9 de octubre a las 15:00 horas en el foro principal de la feria del Libro del Zócalo.
La carpa de colores recorta el nacarado atardecer, tumultos de personas abarrotan la entrada, es el circo que Reyes mantiene en su memoria cuando de niño ansiaba ver, recuerdo que impulsó el trabajo fotográfico a lo largo de ocho años y que lo llevó a involucrarse de tal manera en el tema que hoy es miembro honorario del Colegio Nacional de Artes Circenses y Escénicas de la Universidad Iberoamericana en Puebla.
La idea en este libro, cuenta en entrevista el también licenciado en Ciencias de la Comunicación, fue centrarme en la pista, en los protagonistas del circo y sus actos, no es tratado como un tema exclusivamente para niños ni muestra un circo venido a menos con imágenes amarillistas.
El libro, agrega, ha sido pensado como una función en el que se observa la carpa y su armado con gran misterio, y una vez dentro, van ocurriendo los actos uno tras otro con ese prodigio que sorprende. Y afirma, que no hemos perdido la capacidad de sorpresa, porque si ello sucediera dejaríamos de ser humanos, ya que es una de nuestras cualidades, todo dependen, precisa, de la disposición que uno tenga cuando está frente a los actos, esa única forma de hacer que el circo se preserve.
Para Reyes este “ensayo fotográfico” ocasionó, de forma inevitable, que se involucrara en el mundo circense puesto que todo ensayo implica un trabajo documental, que no es secundario, sino previo a la captura de la imagen, y cuando lo menciona Reyes ya ha sido jurado de imagen en el Festival Internacional de Circo Ciudad de Albacete y en el Festival de Circo de Vietnam.
Reyes contabiliza 4500 circos en México, para los cuales cada vez hay menos terrenos donde montarse, no hay que perder de vista, aclara que para montar una carpa al menos se necesitan 2 mil metros cuadrados de terreno, y cada vez hay menos en la ciudad.
Aunque se concentra en las acciones de la pista, en este trabajo Reyes también tiene matices, así pasa con la toma de un payaso pensativo, en una pose casi filosófica, pero en la que los claroscuros remiten inevitablemente a una sensación más melancólica. Pero muchos más fueron los atractivos visuales que sedujeron la miradas de Gerardo reyes entre los que se cuentan la ejecución corporal, el manejo de los espacios tan distintos a los teatrales, por ejemplo, la iluminación de l circo que es parte característica de la atmósfera del circo, las sombras que complementan lo que Reyes califica como rasgo “cinematográfico” y que facilita el ejercicio de la imaginación al hacer de los propios artistas y sus actos figuras etéreas, en una proyección que sobrepasa todo acto carnal.
Para Reyes no hay en la actualidad espectáculo de artes escénicas que no haya abrevado de los aspectos más simples del circo, por ello este espectáculo está más vivo que nunca, y hay que mantenerlo yendo a las funciones, y entrando en complicidad para dejarnos sorprender por quien tiene como única meta en la vida sorprendernos, no con armas sino con proezas.