CIEN AÑOS EN EL BAÚL DE LOS RECUERDOS
Por David Polo
Son principios del siglo XX. Un actor llamado “Ojo de Vidrio” mira fijamente a Lupe Biadero y Gordoa. Sus atuendos, coloreados a mano, ofrecen la textura de la tela al tacto, pero sólo es una fotografía y hay que imaginarlo. Por azares del destino, ambos quedaron perdidos en el tiempo; la fotografía congela directamente la pose de los personajes e, indirectamente, sus presencias, que cien años después han aparecido nuevamente para atraparnos con los holanes de sus vestidos victorianos en las páginas del libro Fotografía antigua de Jalisco.
Fue en 2011 cuando un equipo de investigadores en Jalisco, coordinado por Angélica Márquez y Francisco Vázquez, convocó al concurso “El arcón de los recuerdos”. Se trataba de reunir la mayor cantidad posible de fotografías en diez municipios del norte de Jalisco con la condición de que dataran de algún momento entre el siglo XIX y mediados del XX. 78 familias vaciaron los baúles y las cajas para compartir las imágenes de una memoria fragmentada por el tiempo. Pronto las historias comenzaron a surgir, como la del poeta enamorado que entre cartas y retratos buscó por dieciséis años el cariño de su amada, o la de la familia que emigró a Estados Unidos abandonando al padre que no quiso dejar el terruño.
Es el extrañamiento que produce lo antiguo lo que vuelve cautivadoras las imágenes de tiempos pasados. Uno quisiera saber más y se vuelve imposible por la simple razón de que lo visible es una simple apariencia; un grupo de sujetos parece ser una familia, una gran comitiva en el entierro de un funcionario político podría hacernos pensar en la gran popularidad del personaje, pero es imposible tener certezas. La incertidumbre vuelve bellas todas las fotografías y hace sentir voyerista al espectador-viajante del tiempo.
El trabajo de los investigadores se encuentra reunido en Fotografía antigua del norte de Jalisco. 1860-1950. Sería suficiente con la cuidada edición del volumen y la curaduría de las imágenes publicadas; sin embargo, el libro va más allá y es en sí mismo una valiosa fuente para mirar con nuevos ojos la historia del norte de México.
El concurso “El arcón de los recuerdos” fue organizado con apoyo de la Fototeca de Zacatecas Pedro Valtierra, mientras que la edición del libro estuvo a cargo de la Universidad de Guadalajara a través de su Secretaría de Vinculación y Difusión Cultural.